tras dos años de pandemia

Los pasteleros artesanales afrontan Todos los Santos con la ilusión de recuperar la normalidad en ventas

31/10/2021 - 

MURCIA. La Asociación Regional de Empresarios de Pastelería de Murcia (Arepa) afrontan la festividad de Todos los Santos con la "ilusión" de recuperar prácticamente la normalidad en las ventas tras dos años de pandemia y preparados para abastecer tanto a los clientes más exigentes con las tradiciones como a los partidarios de las novedades que llegan de la mano de Halloween.

Así lo ha hecho saber a Europa Press el portavoz de Arepa y gerente de Confitería Maite, Juan Carlos Hernández, quien ha destacado que el sector al que representa lo ha pasado "muy mal" en las últimas campañas por culpa de la pandemia y están ilusionados con recuperar la actividad normal, que parece que "regresa poco a poco a la Región de Murcia".

Ha recordado que las ventas se desplomaron el año pasado y han encadenado casi dos años de parón, por las restricciones que imponían limitaciones a los horarios y a la capacidad de los establecimeintos. Sin embargo, ha explicado que el sector ya ha empezado a percibir un repunte comercial y ha recuperado "bastante" las ventas, aunque todavía queda camino para alcanzar la "normalidad".

"Todavía queda un poco de incertidumbre respecto a la normativa y las restricciones por la pandemia, pero el propósito es recuperar el 100% de la actividad de cara a la Navidad", según Hernández, quien puntualiza que las pastelerías artesanas y sus obradores ya están a pleno funcionamiento, con el total de las plantillas y los horarios normalizados.

TRADICIÓN FRENTE A NOVEDAD

Ha destacado que el trabajo del pastelero artesano tiene mucho que ver con la "tradición y el corazón". De hecho, ha recordado que la Asociación a la que representa cuenta en su seno con negocios que cuentan con más de 50 años de tradición.

Así, una parte de los clientes es amante de esas costumbres, y a los que le gusta que las fechas de Todos los Santos sirvan para rendir homenaje a los que no están. Este tipo de clientes suele demandar un producto más típico de estas fechas, como los huesos de santo, el mazapán o los buñuelos de viento, que siempre están disponibles en las estanterías de las confiterías tradicionales en sus versiones habituales.

No obstante, incluso en los productos más tradicionales se introducen cada año algunas novedades, tal y como señala Hernández. Así, por ejemplo, se innova en ocasiones con nuevos rellenos para los buñuelos de viento, como la nata, la crema o el chocolate. En el caso de los huesos de santo, "lo normal es que estén rellenos de yema, pero también aparecen novedades cada año, como el chocolate o la fresa", puntualiza.

Por otro lado, Hernández ha señalado que cada año hay más clientes, sobre todo jóvenes y personas de fuera de la Región, que disfrutan de la parte más festiva y novedosa de estas fiestas: la que tiene que ver con Halloween.

Las confiterías tradicionales también elaboran productos para satisfacer el apetito de estos clientes, como pequeñas calabazas o productos elaborados en chocolate con formas típicas de Halloween como esqueletos, brujas o animados fantasmas.

En resumidas cuentas, Hernández explica que la clientela está bastante dividida en torno a estas dos formas de disfrutar de estas fechas: alrededor de un 60% sigue más apegada a la tradición y el 40 por ciento restante demanda nuevos productos de Halloween.

REIVINDICA LA PASTELERÍA ARTESANA CON OBRADOR

Hernández ha hecho una reivindicación del sector de las pastelerías y confiterías artesanas a las que representa, que son las que cuentan con un obrador en sus instalaciones y que, actualmente, representan aproximadamente un 20 o 25% del total.

En este sentido, ha lamentado que la mayoría de los establecimientos, actualmente, compran productos congelados y se limitan a cocerlos, lo que repercute en la calidad.

"Las confiterías que trabajamos, por ejemplo, el mazapán o deshojamos los pasteles de carne somos apenas un 20% del total", explica Hernández, quien critica que el 80% restante de los establecimientos ofrecen un producto "industrial y congelado".

Hernández ha señalado que este tipo de producto industrial lleva grasas saturadas o hidrogenadas para prolongar su caducidad y que repercuten en la calidad final, contribuyendo a la "mala fama" del sector. "Es importante que no nos convirtamos en meros centros comerciales y el producto sea monótono", ha aseverado.

En cambio, ha señalado que los pasteleros tradicionales no usan este tipo de grasas saturadas. "Nosotros trabajamos de madrugada, desde las 5 de la mañana, para elaborar artesanalmente lo que los clientes se van a comer a lo largo del día siguiente", ha defendido Hernández. Se trata, añade, de la calidad que marca la diferencia para pastelerías como Bonache o Maite, entre otras, con una larga tradición en la Región.

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