Pensándolo bien, ¿acaso no somos nosotros los nuevos hombres del renacimiento? En los últimos años nos hemos hechos expertos tecnológicos: smartphones, aplicaciones, redes sociales, banca on line, plataformas de video conferencia, compras en e-commerce, Alexia, la nube… Esto sólo en la parte relacionada con la vida digital. En cuanto la parte presencial somos psicólogos, empleados, jefes, comunicadores, presentadores, vendedores, negociadores, profesores, animadores, contables, mecánicos…Nos formamos y trabajamos en las habilidades tanto sociales como técnicas y esto se ha convertido en algo continuo en el espacio tiempo. Como pueden ver no estamos tan lejos de ser un Miguel Angel del siglo XXI.
Al igual que los hombres del renacimiento estamos viviendo una era donde el hombre se erige como el creador de los avances que están en nuestro entorno y estos se comparten con el mayor número de personas posibles. Los nuevos emprendedores aportan novedad y avances a la sociedad que facilitan y mejoran nuestro día a día. Al igual que aquellos otros hombres del siglo XV influyen en la sociedad, la cultura y la comprensión de la vida diaria. Aquellos desarrollaron y promovieron tecnología y conocimientos que aún hoy influyen en nuestras vidas. Pero posiblemente al igual que en aquel entonces se nos vuelven a plantear dilemas emanados de la ética y la inteligencia artificial.
Grandes CEOs de nuestra España actual -Ana Patricia Botín (Banco Santander), José María Álvarez Pallete (Telefónica)- siguen abogando por la importancia del humanismo como parte fundamental de la transformación digital, de hecho esta es la piedra filosofal de su futuro y el mío estimado lector. No se atrinchere en la ceguera de pensar que su sector no va a estar tocado por esta inteligencia artificial que nos devora. Ahora mismo algunos tipos de IA son más precisos interpretando una radiografía que el propio traumatólogo. ¿Quiere decir esto que esta profesión va a desaparecer? No, si como ya nos constataba Darwin en 'El origen de las especies', somos capaces de adaptarnos a nuestro nuevo entorno. Hacia donde tenemos que virar es hacia competencias y habilidades sociales: lo humano, la emoción, la empatía, el entendimiento, la asertividad.
Como los nuevos hombres y mujeres del Renacimiento que somos tenemos la responsabilidad de seguir creando y compartiendo, pero trabajando profundamente la parte más difícil que es la de realizar autocrítica y enjuiciamiento continuo para poder corregir las desviaciones sobre el objetivo de mejora personal. Sólo así podremos sobrevivir a nuestra propia creación.
Gracias por su lectura.
Trinidad Guía Sánchez
Licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Dirección y Administración de Empresas y Experta en Ventas.
@GuiaTrinidad Linkedin: Trinidad Guía