MURCIA. España ya tiene presidente del Gobierno y las reacciones en la Región no pueden ser más variopintas. Los líderes políticos han recibido la elección al calor de sus ideologías: célebres y optimista desde el PSOE y Unidas Podemos; desconfiados y temerosos entre PP, Ciudadanos y Vox.
Comienza "un proyecto ilusionante y netamente progresista", proclamba Diego Conesa, el líder regional del PSOE, que destacaba que es muy importante que tengamos un Gobierno. Para el socialista murciano, que asistió a la votación definitiva de investidura, la Región se verá beneficiada por la agenda social que defiende Sánchez: "Elevará el salario mínimo, movilizará recursos en favor de las familias en riesgo de pobreza y subirá los impuestos a los españoles más acaudalados", enumeró Conesa, que citó otras medidas. El socialista pide además al presidente regional que "dialogue con el máximo respeto con el nuevo Gobierno central" para defender a la Región.
Sin embargo, el presidente murciano, Fernando López Miras, lamentaba su pesar por el nuevo presidente, cuyo "precio de la gobernabilidad" estará marcado, a su juicio, por las "concesiones" que perjudicarán a los españoles, y anunciaba que no tolerará ninguna discriminación a la Región. "El Gobierno de Sánchez nace con apoyos más que cuestionables y su precio son concesiones que nos perjudicarán como españoles", expresaba López Miras. "Por eso, exijo ya que trate por igual a todas las regiones, sin excepciones. No toleraremos que se discrimine a la Región", añadía.
Miras subraya además que cuestiones como el Mar Menor o el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura "no cuentan" para el Gobierno de España. El jefe regional pone en duda que se vayan a mantener los compromisos para ayudar a los afectados de las inundaciones de la gota fría de septiembre.
En la misma línea pesimista se manifestaban desde Ciudadanos. El portavoz parlamentario de Ciudadanos, Juan José Molina, calificaba al nuevo Ejecutivo como "un Gobierno de pesadilla apoyado en populistas y nacionalistas, que sólo busca trocear la igualdad". En su opinión, "dividiendo a los españoles o entregando la economía a Podemos no se puede gobernar un país, máxime cuando ahora necesitamos moderación y centro". Para Molina, "pactar con Bildu, PNV, ERC y pisotear laigualdad no tiene nada que ver con el progresismo, es purosanchismo".
Uno de los dirigentes murcianos más exultantes era el diputado de Unidas Podemos, Javier Sánchez Serna, que contempló la investidura como secretario de la Mesa del Congreso. Se trata de la primera vez que Podemos alcanza el poder nacional. "El cambio iniciado en las plazas durante el 15-M comienza a "materializarse", sostenía Serna, quien considera que existen dos manera de entender España: "Una monocolor, de bronca y malas formas, que mira mucho más al pasado que al futuro; y otra plural, abierta, dialogante y que está dispuesta a abordar de una vez los grandes retos que tenemos por delante como sociedad".
En cambio, la diputada nacional por Murcia Isabel Borrego opinaba que "prevalecerá el interés de los separatistas frente al de todos los murcianos" y advirtió de que "peligran" el Trasvase Tajo-Segura, el tren de Alta Velocidad y el Corredor Mediterráneo. También avisaba de que peligraba un nuevo sistema de financiación autonómica "justo", y para el Mar Menor "se ha olvidado ya de las ayudas para su regeneración".
Desde Vox, la diputada murciana Lourdes Méndez señalaba que "se ha consumado la traición". A su juicio, "no es coalición progresista, es coalición comunista y separatista", expresaba en Twitter, donde también añadía: "¡Pobre España! Estaremos atentos a la vulneración de derechos fundamentales y del orden constitucional que este gobierno neocomunista y separatista pretenderá realizar2.