CARTAGENA. El Puerto de Cartagena ha vuelto a constatar en su informe anual una muy buena la calidad de sus aguas, tras los controles realizados en diversos puntos que confirman la mejora significativa en la última década, tanto en la calidad biológica como fisicoquímica de las aguas, lo que ha permitido poner en marcha el proyecto pionero, a nivel mundial, de reforestación de Posidonia oceánica en aguas portuarias.
Los datos recogidos en el informe técnico anual de 'Vigilancia y Control del medio marino en el Puerto de Cartagena' califican de "muy bueno", en transparencia y en oxígeno tanto en la dársena de Cartagena como en la de Escombreras que cuenta con 21 metros de profundidad, así como, la ausencia de hidrocarburos en el agua, lo que demuestra el rigor y la efectividad de las medidas técnicas implantadas para la operativa de buques con graneles líquidos, y el control y vigilancia sobre la entrega de residuos líquidos oleosos de los buques.
En el Día Mundial del Control de la Calidad de las Aguas, el vicepresidente de la APC, Pedro Pablo Hernández, ha destacado que "ser pioneros en políticas de sostenibilidad nos ha permitido ser capaces de armonizar la actividad portuaria con el cuidado y protección medioambiental, e incluso dar un paso más con iniciativas como el proyecto de reforestación de Posidonia oceánica que para que sea un éxito esta planta necesita de unas aguas de extrema calidad y transparencia, siendo imposible su plantación en aguas contaminadas o que tengan cambios bruscos de salinidad y temperatura".
Este proyecto, que cuenta con la autorización expresa del Ministerio para Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha servido para plantar cerca de 200 nuevas plantas de Posidonia en el interior del puerto, teniendo previsto plantar otras 200 hasta septiembre 2024 y continuar con otras 3.200 hasta 2030.
Otro indicador de la buena calidad de las aguas portuarias está presente en la playa de Cala Cortina, ubicada en el interior de la Zona I de aguas portuarias y que cuenta con el distintivo de Bandera Azul desde 2007, de forma ininterrumpida.
La Autoridad Portuaria de Cartagena viene realizando el control de la calidad de las aguas portuarias desde 2012 como herramienta, no solo para para medir la calidad de las mismas atendiendo a criterios científico-técnicos establecidos en ley sino también para comprobar que las medidas y controles establecidos sobre las empresas ubicadas en el puerto y los buques que lo utilizan son efectivas. Estas mediciones, realizadas por Laboratorios Munuera, SL, empresa que cuenta con el registro EMAS y acreditada experiencia en control de calidad de aguas y trabajos en el medio marino, se enmarcan en el Plan de Vigilancia Ambiental de las Aguas Portuarias, que comprenden tanto las aguas interiores de las dársenas como las aguas exteriores de fondeo.
Los controles que se llevan a cabo tienen periodicidad mensual, trimestral, anual o trianual dependiendo de los parámetros y de la legislación aplicable, de esa forma, hay parámetros prioritarios como los hidrocarburos, los metales pesados (Ni, Hg, Cd y Pb) y los metales preferentes (Ar, Cu, Cr y Zn) son analizados todos los meses mientras que los nutrientes (nitritos, nitratos, fosfatos y silicatos) se analizan cada trimestre al igual que la clorofila.
A estos controles hay que sumar el control que se realiza del fondo marino a través de imágenes para comprobar la ausencia de cualquier especie invasora; la limpieza de la lámina de agua desde el año 2003; el estudio sobre presencia de microplásticos presentes en las aguas, a través de la UPCT; el estudio sobre la afectación del ruido submarino; los estudios sobre las comunidades biológicas en el fondo marino de Cala Cortina y la Isla de Escombreras y sobre todo, los estudios sobre la avifauna y especies reproductoras en la Isla de Escombreras, Isla de Las Palomas y entorno de la Bahía de Cartagena, que se realizan desde 2010.
Todos los informes se remiten a la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para su conocimiento y ser tenidos en cuenta a la hora de establecer el nivel de calidad de las aguas litorales de la Región.