Mauricio García de la Vega, en las instalaciones del Real Murcia. Foto: MPMURCIA. Mauricio García de la Vega, el empresario mexicano que por una sentencia emitida por la Audiencia Provincial hace tres semanas pasó a ser el mayor accionista del Real Murcia, aguarda su momento de tomar el mando y, mientras tanto, emite señales enigmáticas a nivel público a través de las redes sociales.
"¿Por qué sólo descansamos en paz? ¿Por qué no vivimos en paz también?", ha escrito en su cuenta oficial de Twitter al tiempo que ha enviado un recado sobre lo que se dice y se publica.
"La estupidez es saber la verdad, ver la verdad, pero seguir creyendo las mentiras. Y eso es más contagioso que cualquier otra enfermedad", una cita del profesor Richard Feynman que García de la Vega ha reproducido.
Esos tuits llegan después de que a comienzos de mes se pusiera en contacto con Francisco Tornel, actual presidente del club, quien le comunicó que se había constituido una comisión negociadora dentro del consejo de administración para intentar llegar a un acuerdo que afectará al futuro del Real Murcia.
García de la Vega ha permanecido en su país y ahí sigue tras conocer el fallo de la Audiencia Provincial a su favor pues el mismo anulaba la ampliación de capital llevaba a cabo hace un par de años y eso hace del mexicano el máximo accionista de la entidad.
El propietario de la empresa Iconos Nacionales, quien le compró el paquete de acciones al anterior dueño del club, Raúl Moro Martín, grabó y difundió un vídeo tras la referida sentencia judicial pidiendo a la afición una oportunidad para "ganarme su confianza con mis actos" y remarcando que "el club no va a desaparecer".
Pese a ese acercamiento no es alguien muy bien visto por un amplio sector de la afición grana y por eso no sorprende que en el estadio Enrique Roca, escenario en el que el equipo disputa sus partidos como local en Segunda División B, pegasen carteles con el mensaje "Por lo legal o por lo criminal. Mauricio fuera ya" y con una foto suya.
Además, en el recinto hay pintadas con insultos hacia él y solicitando su marcha.
