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Movistar Plus+ ha estrenado una serie documental sobre 'La Macarena'

Los del Río: "Hemos hecho de todo y qué guapos hemos salido siempre"

28/03/2024 - 

MURCIA. Estuvo encaramada al número siete en la lista Billboard entre las canciones más escuchadas de todos los tiempos y al uno en su apartado de éxitos latinos. Ha sido la única canción española que ha sonado en un descanso de la Super Bowl. La cantaron los Kiss y la bailó Hillary Clinton. Sonó en el Yankee Stadium, durante los Juegos Olímpicos de Atlanta, y en la celebración en Nueva York de la victoria del Partido Demócrata en 2021. Ha formado parte de las bandas sonoras de la saga de animación Hotel Transilvania y la película de terror que se alzó con la Palma de Oro en 2021, Titane (Julia Ducournau). Tiene más de 5..00 versiones, en Taiwán han inventado un gorila de juguete que canta y baila 20 segundos de su melodía y el Hospital Clínic de Barcelona asegura que realizar una reanimación cardiopulmonar a su ritmo salva vidas. 

En coincidencia con el 30 aniversario de su lanzamiento, Movistar Plus+ ha estrenado una serie documental sobre el origen de La Macarena. En sus dos capítulos se indaga en los orígenes de este himno machacón, tan bailado como aborrecido, en su éxito arrollador y viral antes de que existieran las redes sociales y, por ende, la viralidad misma.

Ante las acusaciones de plagio que copan el primer episodio, sus autores, Los del Río, se defiendes: "No hay música en el mundo que no se parezca a algo. Si analizas hoy La bamba y buscas en el argot musical, seguro que hay cosas parecidas. El carro ya estaba andando y mucha gente quiso subirse".

El aniversario fue la excusa para hablar con Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones en el South Series de Cádiz, donde la propuesta se alzó con el Premio del Público en la categoría de no ficción,

"Después de Sevilla tiene un color especial, nos preguntaban: "¿Qué vais a hacer?". Nuestra respuesta era: seguir trabajando. Después de La Macarena, nos volvía a preguntar: "¿Qué vais a hacer?". Y la respuesta era la misma, Seguir trabajando. Hacer una nueva Macarena es más difícil que barrer una escalera 'parriba'. Tenemos un montón de cosas nuevas y seguimos trabajando", zanjan Los del Río.

¿Cómo mantenéis tantos años de amistad sin mostrar fricción?
-Antonio Romero Monge: El respeto es fundamental y si hay un momento de no comunicación, pasamos página. Cuando hay algún roce, que siempre sucede, no se le echa cuentas, y vamos a lo que tenemos que ir, que son esos 60 años en los que llevamos por bandera nuestra música. Sería una pena que por cualquier discordia, porque alguien se meta por medio o diga cualquier pamplina, tirásemos esto por la borda.

Empezasteis siendo muy niños, con 14 años, y ya luciendo chaqueta, ¿se podría decir que la reivindicación de la elegancia desde la humildad es sello de la casa?
-Rafael Ruiz Perdigones: Cuando empezamos a trabajar, ya nos dijo un representante que llevaba a todos los flamencos, Jesús Antonio Pulpón, que había que llevar una chaquetita. Si te la tienes que quitar, te la quitas, pero ¿y si al llegar, todo el mundo la lleva menos tú? Mira que hemos hecho de todo, pero qué guapos hemos salidos siempre. Hasta con pantalones colorados (carcajadas).

ARM: Es fundamental ir bien presentadito. Hay personas que se ponen yo qué sé qué cosas hoy en día, cuando en esta vida hay que ir con la cara despejada, lavada. Hay un jabón extraordinario, Lagarto, que te quita todas las mijitas que tenga ese cuerpo. Nuestras madres tenían un caldero donde mi madre lavaba a mi hermano, a mí y a algunos vecinos que no tenían caldero en esa época. No hay nada como ir limpito y arregladito. 

-RRP: Hay una anécdota muy graciosa de un artista de Sevilla que dijo: “Cuando Los del Río van a trabajar, siempre parece que vayan a una boda (risas).

-Vosotros trabajasteis también en una zapatería y en una cafetería, ¿que aprendisteis en esos oficios previos?
ARM: Con 14 años entre a trabajar en La favorita, una zapatería de Dos Hermanas. Allí había un espejo para que la gente se mirara los zapatos y ese espejo lo dominaba el dependiente, que era yo...

RRP: Menudo sinvergüenza.

ARM: Le cogía el pie a la señora, le ponía su zapato, le ponía el espejo, que estaba inclinado, y válgame el señor divino la panorámica. 

RRP: No cuentes nada más.

¿De qué trabajaste tú antes de músico? 
RRP: En una heladería con mi hermano. En las vacaciones, para quitarme de la calle, me puso allí a trabajar y me estuve hartando de limpiar los moldes de los cortes, y de llevar los helados a los quioscos del cine, los jardines y la plaza, donde estaba la distribución. Estaba de recadero, cargaba con una cestita y me comía un napolitano muy rápido por si venía uno de los dueños. Luego ya me fui a un bar de pinche de cocina y ahí hacíamos hígado a la plancha, lomo con tomate, calamares a la riojana...

ARM: No veas las tapas...

RRP: El propietarios nos decía: “Cada vez que diga: de hígado en salsa, dos, me tenéis que contestar”. Si estabas comiendo, no podías contestar, así que nunca comíamos los dos a la vez. 

ARM: Uno decía: “Va enseguida”, mientras el otro comía. 

RRP: La razón del orden en la frase es que si dices dos de hígado en salsa, te quedas con la tapa, pero no con el número de raciones. Detalles de un hombre que estaba enseñando.

ARM: Cosa que hoy no hay, por desgracia. No hay aprendices. Antes estaban las carpinterías, los talleres de mecánico, las fontanerías... Siempre había chavales en todo aquello que generaba un oficio, porque todos los chicos no pueden hacer una carrera. Nosotros estábamos de peón, aprendiendo cada uno donde podía. En el momento en que llegas a los 14 o 15 años, ya se sabe si tienes o no proyección para ir a la universidad. Así que vamos a desviarlos a que aprendan un oficio. Eso quitaría ahora de la calle a una cantidad de juventud. Sería fabuloso. 

Vosotros siempre habéis revertido vuestros ingresos en vuestra comunidad. Me llamó la atención leer que comprasteis la primera ambulancia que hubo en Dos Hermanas.
ARM: Y seguimos viviendo en nuestros orígenes. Siempre que necesita apoyo alguna ONG, ahí estamos nosotros, dedicando nuestros beneficios a causas benéficas. Con nosotros vino María Jiménez a montones de cosas, tanto para el Rocío como para los fines de año del colegio de nuestros hijos. Paco Gandía también estuvo contando chistes, Juanita Reina, Enrique Montoya, El Lebrijano, Chiquetete...

RRP: Todo lo mejor vino con nosotros cada vez que les pedíamos participar en algo. El problema es que luego, nosotros teníamos que responder.

ARM: Si nosotros molestábamos a 10 ó 12 artistas, después teníamos adquirido un compromiso. Por ejemplo, Gandía que era de la Hermandad de Los Negritos, siempre nos pedía colaborar y ahí estábamos. Pero siempre muy felices.

¿En qué medida ha tenido que ver con vuestro éxito el hecho de que se os den tan bien los chascarrillos?
ARM: Nosotros empezamos a cantar en las fiestas de sociedad. Todos los campos de golf de la costa del Sol los hemos inaugurado nosotros. Nuestro fuerte era Marbella, con Cari Lapique, Alfonso de Hohenlohe. Khashoggi... todo lo más grande. Cogíamos la guitarra a las 12 de la noche y a las 6 de la mañana, decíamos: “Que está pasando el camión de la basura, hay que irse ya”. Entonces había un chistoso llamado el gran Simón, entonces no existía Paco Gandía ni Chiquito de la Calzada. Y nosotros, para descansar cantando, yo cogía e iba contando ocho o 12 chistes. Según el ambiente, aprovechábamos para descansar, pero siempre había alguna señora de la casa que decía: “Oye, déjalo y vamos a cantar que te estás tirando el palo con los chistes”.

RRP: Fíjate tú lo que ha cambiado el cuento: ahora, a los chavales los contratan para 45 minutos y cuando pasa ese tiempo, a lo mejor, en ese momento, la fiesta está arriba del todo. Nosotros seríamos incapaces de terminar así la actuación. Una vez te traes a la gente arriba, ahí hay es cuando hay que aguantar la fiesta, y que luego digan: “Qué bien me lo he pasado”.

ARM: Por eso éramos los número uno y seguimos siendo los número uno. Continuamos yendo a las mejores fiestas, a los mejores barcos, tanto a Palma de Mallorca como a Ibiza o América. A veces nos llaman y nos mandan un avión para que nos vayamos a una fiesta al Caribe.

De vuestro museo de recortes, donde constan, entre otros, Don Juan, Concha Piquer, Gina Llollobrigida y Julio Iglesias, ¿a quién os hizo más ilusión conocer?
ARM: Tenemos millones de personajes, pero hay uno que se pasa. El Vaticano con Juan Pablo II y la madre Teresa de Calcuta. Nosotros le llevamos al papa una misa rociera. Fue oír Rocío y nos agarró de los brazos, porque él ya había estado en la romería. Le hice una sevillana que dice: “El papa en el balconcillo de la ermita del Rocío se sintió marisma y jara, se sintió romero y lirio, ¿qué tendrá el Rocío divino que hasta el papa preguntaba por las cosas del camino?”. Se quedaría boquiabierto.
- ARM: Loco, encantado, decía: “Rocío, Rocío”.

¿Qué os hace más ilusión, haberle cantado al Papa o tener una calle a vuestro nombre en Dos Hermanas?
Las dos cosas son importantísimas, porque nosotros hemos visto la evolución del alcantarillado en Dos Hermanas para que sea una de las mejores ciudades del mundo. En esas calles hemos jugado con los jardineros, los municipales... Con el papa fue una experiencia inolvidable, pero seguir viviendo donde tú has visto levantar el alcantarillado es maravilloso. Y viva España.

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