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el principal exponente del barroco civil en la Región 

Lorca recupera el palacio de Guevara, que abre sus puertas este miércoles reconvertido en museo 

24/02/2024 - 

MURCIA (EFE). El palacio de Guevara, el principal exponente del barroco civil en la Región de Murcia, reabrirá el miércoles en Lorca convertido en museo, con todas las estancias adecuadas para ser visitadas y con el mobiliario original restaurado y dispuesto en los lugares que ocupó entre los siglos XVII y XX.

Las obras de musealización comenzaron en octubre de 2022 con una subvención autonómica de más de 400.000 euros y desde la próxima semana el edificio abrirá al público con visitas guiadas, para grupos reducidos y con entradas al precio simbólico de un euro para contribuir al mantenimiento del inmueble, que aspira a convertirse en el monumento más visitado de la ciudad, por delante del castillo.

La visita se iniciará en la portada de columnas salomónicas, continuará por el patio y la escalera principal de la casa, para continuar por casa una de las del palacio, como el salón amarillo o de baile, el rojo o el verde, que corresponden al color de sus paredes enteladas, el salón del estrado, el comedor o el dormitorio principal.

La colección de bienes muebles que encierra la Casa de Guevara alcanza los 790 objetos de los cuales 250 quedaron vinculados a la declaración de Bien de Interés Cultural del edificio llevada a cabo el 21 de noviembre de 2008.

Además de muebles, tejidos singulares, grabados, cerámicas o esculturas, se encuentra la totalidad de la pinacoteca con la que cuenta la casa, entre la que destaca una colección de 20 grandes lienzos del pintor lorquino Pedro Camacho Felizes de Alisén, que en su mayor parte componen un ciclo para la educación moral femenina.

La pinacoteca del Guevara incluye una colección de retratos de las familias Puxmarín, Bassecourt, Musso, Roca de Togores, Moreno Rocarfull o Harmsen, de artistas como Senén Vila, Vicente Rodés, Agustín Esteve, José de la Revilla, Manuel de Ojeda, Federico y Luis de Madrazo o Lorenzo Pericás.

Una de las piezas más destacadas es una Inmaculada, atribuida al taller de José Antolinez, el pequeño lienzo de la Virgen orante, atribuido a Giovanni Battista Salvi (‘Sassoferrato’), seis cobres de tema bíblico firmados unos y atribuidos otros a los Francken, o un paisaje con escena de bandolerismo firmado por Pérez Villaamil.

La colección también incluye otras firmas significativas del panorama pictórico español, como las de Horacio Lengo, Rafael Monleón, Ramón Stolz o el malogrado Manuel Harmsen, del que se expone su premiado retrato infantil “Doloretes” en una sala que lleva su nombre.

Entre los bienes también se encuentran un centenar de abanicos de los siglos XIX y XX, mobiliario sobresaliente de los siglos XVII al XIX –donde son destacables un grupo de antiguos arcones-, los bargueños y mobiliario que refleja los gustos afrancesados de la alta burguesía del momento y una destacada selección de lámparas de cristal y metal datables entre finales del siglo XVIII y las primeras décadas del XX.

La escultura se encuentra representada en la colección con una Inmaculada en el oratorio particular, posiblemente granadina de comienzos del siglo XVIII, esculturas populares representando a un San José y dos pastorcillos dormidos, o el magnífico busto en bronce de Manuel Harmsen, obra del alicantino Vicente Bañuls de 1895.

La colección de bienes muebles del palacio presentaba un deficiente estado de conservación en 2011, cuando el edificio tuvo que ser desalojado por los daños que le causaron los terremotos y que se han ido restaurando de forma paulatina desde 2016, una vez que el inmueble fue recuperado.

Pese a ello falta un importante número de cuadros por restaurar, por lo que el ayuntamiento de Lorca, propietario del edificio, trabaja en un plan de mecenazgo que permitirá la recuperación de una selección de pinturas ligadas a la declaración de Bien de Interés Cultural que posee el edificio para ofertarlas a empresas públicas o privadas.

Para ese plan de mecenazgo se han seleccionado una serie de pinturas entre las que se encuentran ‘La Samaritana’, de Pedro Camacho Felizes de Alisén; el retrato de don Juan Procopio de Bassecourt, de Vicente Rodés y Aries; ‘Coquetería’ o ‘Composición con jilguero’, de Horacio Lengo Martínez o el retrato de don José Musso Valiente, de José de la Revilla.

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