MURCIA. (EFE). La escritora y filósofa molinense Lola López Mondéjar ha ganado este lunes la 52ª edición el Premio Anagrama de Ensayo, dotado con 10.000 euros, con la obra Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad.
López Mondéjar se ha impuesto entre las 167 obras presentadas al premio, de las que un jurado integrado por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y las editoras Silvia Sesé e Isabel Obiols, seleccionaron seis finalistas.
Al observar al individuo posmoderno, la autora llega a la conclusión que "de todas las transformaciones que sufre, una de las más relevantes es su pérdida de narratividad, la dificultad cada vez más agudizada para contarse a sí mismo y elaborar un relato". Y además, pese a ser una afectación común, este mal está más extendido entre los que han nacido en la era digital.
Entre la filosofía, la sociología y el psicoanálisis, y a partir del análisis de los nuevos fenómenos culturales, el cine y la literatura, Lola López Mondéjar despliega en Sin relato una cartografía de esta jibarización de la capacidad narrativa.
En su análisis, la ensayista observa que se trata de "una atrofia asociada no solo a la dificultad para poner en palabras el pensamiento, sino a un déficit del pensamiento mismo y de la imaginación".
En el capitalismo de la atención, donde está siempre rodeado de estímulos, el ciudadano parece abocado, según afirma López Mondéjar, a convertirse en un "yo mínimo, sin apenas autoconciencia y, paradójicamente, desatento, incapaz de conversar, de rozarse, de comprender al otro".
Esa incapacidad de trasladar al lenguaje nuestras experiencias, añade, "nos vacía de ellas, nos uniformiza y nos convierte en analfabetos afectivos, en ciudadanos acríticos e individualistas".
Desde la industrialización, la aceleración que se produjo con la Segunda Guerra Mundial y la digitalización "se ha generado un proceso para generar en nosotros una impronta de nuestra experiencia, y nos ha convertido en una individualidad sin sujeto y ha atrofiado nuestra capacidad de dialogar".
Otro resultado, es que las personas se entregan a repetir miméticamente eslóganes sociales sin saber lo que realmente dicen, porque "nuestros mediadores son ahora youtubers y tiktokers, que nos enseñan a ser meros consumidores" y "la familia y la escuela ya no son agentes de socialización, sino que han sido sustituidos por las redes sociales".
A juicio de López Mondéjar, el lenguaje que aprendemos a través de las máquinas está colonizando nuestra subjetividad, nuestra individualidad, y "todo esto va en contra de la imaginación y la creatividad, los algoritmos nos están convirtiendo en ciborg psíquicos". Se produce "una huida de la fricción" por culpa de las aplicaciones digitales, que tienen éxito si son fáciles de utilizar.
"La revolución industrial, que fue una improvisación, no tuvo en cuenta los límites del planeta, y ahora sufrimos las consecuencias, y la revolución digital no está teniendo en cuenta los límites del ser humano". Si en la pandemia anhelamos la presencialidad, el fin de la pandemia nos ha devuelto a la etapa anterior, porque "de ella no hemos salido mejores".
La autora murciana, que ha iniciado su intervención reivindicando la paz en Oriente Próximo, coincidiendo con el aniversario del ataque terrorista de Hamás, asegura que las matanzas en Gaza han tendido a deshumanizar el conflicto.
En nombre del jurado, Remedios Zafra ha subrayado que la obra aborda "la dificultad que se exige al ensayo, con la combinación de la investigación con la voz más reflexiva, la voz propia de la autora, que en ningún momento se esconde".
Para Daniel Rico, López Mondéjar trata de explicar las causas y las consecuencias de "una enfermedad cuya propagación y universalización constata a diario en la práctica clínica: la dificultad de contarse y explicarse a sí mismos que sufren los hijos del capitalismo digital".
Conferenciante invitada en distintas universidades y asociaciones psicoanalíticas españolas y extranjeras, Lola López Mondéjar (Molina de Segura, 1958) ha publicado ensayos y obras de ficción, entre ellas las novelas Mi amor desgraciado, La primera vez que no te quiero, Cada noche, cada noche, y los libros de relatos El pensamiento mudo de los peces, Lazos de sangre y Qué mundo tan maravilloso. En Anagrama ha publicado Invulnerables e invertebrados.