EL EUROCRISTIANO TIBIO / OPINIÓN

Lo que espero de Feijóo

24/06/2023 - 

MURCIA. Es posible, aunque dista de ser seguro, que el gallego Feijóo se convierta en el próximo presidente del Gobierno de España. Muchos españoles se alegrarán de que el presidente Sánchez deje de serlo, pero yo espero del PP un poco más que sustituir al gobierno tripartito del PSOE, PSC y Podemos, con el apoyo de todas las formaciones separatistas. 

Y voy a explicitar lo que espero para que no haya luego malentendidos. En el terreno económico, al que tanta importancia dan sus asesores, la verdad es que no espero mucho. Me conformaré con lo que venga. La realidad es que el actual Gobierno ha endeudado a España al ritmo de 60.000 millones de euros por año, ha elevado el déficit estatal por encima del valor anual del Producto Interior Bruto, ha logrado que haya más españoles viviendo de transferencias estatales que de trabajar en empresas privadas, ha elevado la presión fiscal en más de un 20%, ha incrementado la divergencia en poder adquisitivo de los españoles con respecto a la media europea y todavía trabajamos las mismas (otros dicen, menos) horas al año que en 2008.  

En suma, la economía española lleva quince años estancada y se ha apalancado tanto que ahora por cada euro producido se generan dos euros de deuda. Con esos datos, en cuanto la Unión Europea cierre el grifo para atajar la inflación, el que gobierne tendrá que entrar en una fase de contención

Atribuyen el incremento de los precios a la guerra de Ucrania, pero, prescindiendo de que el Gobierno nos ha involucrado en esa guerra sin debatirlo en el Congreso, es muy posible que se deba más bien a las riadas de euros con los que los mandamases europeos han inundado el mercado en los últimos años. 

Ya se sabe que cuando la oferta de una mercancía sube, su valor baja. Si hay muchos euros, cada uno valdrá menos y los precios subirán. Y eso es lo que ha pasado. Con estos precedentes, el Gobierno de Feijóo se verá obligado a corregir la tambaleante situación económica heredada. En cambio, espero que, sin excusa ni pretexto (como decía mi profesor de Latín al pedirnos la semanal traducción de La Guerra de las Galias), el gobierno de Feijóo haga lo siguiente:

-El Gobierno de Sánchez derogó el delito de sedición para asegurarse el apoyo de los separatistas. En consecuencia, España se halla inerme ante cualquier intento de derogar la Constitución que no se haga con armas de fuego en la mano. Urge que Feijóo vuelva a penalizar la sedición, de forma que podamos defender nuestra nación de futuras agresiones internas. Lo de que en los demás países europeos las conductas sediciosas no constituyen delito no es más que una mentira con ribetes delirantes.

-El Gobierno de Sánchez abarató el castigo de la malversación cuando se realice con fines políticos. De ese modo pretendía beneficiar a los separatistas sediciosos y, quizás, también a algunos de los implicados en los ERE andaluces. Espero de Feijóo que vuelva a objetivar la malversación atendiendo solo al daño causado al erario y a su cuantía, que no a las intenciones de los malversadores.

-Varios gobiernos regionales (ellos los llaman nacionales) están dificultando al máximo que los niños estudien parte de su currículum en castellano. Argumentando que la Alta Inspección Educativa no está para vigilar si se cumplen las sentencias judiciales a favor del castellano, el gobierno de Sánchez ha sido cómplice de esos desmanes. Espero del gobierno de Feijóo que obligue a todos los gobernantes a garantizar la enseñanza en castellano en toda España.

-El Gobierno de Sánchez ha impulsado normas que debilitan la presunción de inocencia en determinados delitos de violencia sexual. Espero de Feijóo que devuelva la necesidad de probar todos los delitos, sea cual sea su naturaleza, antes de condenar a nadie.

-El Gobierno de Sánchez ha prescindido de la Biología a la hora de establecer el sexo de una persona. De ese modo, cualquier hombre que lo reclame puede ser declarado mujer, con las ventajas deportivas y penales que eso puede suponerle. Espero de Feijóo que legisle a favor de las mujeres evitando que cualquiera pueda aprovecharse indebidamente de las normas vigentes para favorecerlas.

-Se ha implantado la costumbre de no aplicar la ley a la hora de elegir a los miembros del Consejo General del Poder Judicial. En vez de votar en el Congreso a los candidatos elegidos por los jueces, esos candidatos derivan de unos posibles pactos entre PSOE y PP. Tanto es así que, quizás cometiendo una prevaricación por omisión, la presidenta del Congreso, señora Batet, ni siquiera ha programado en la pasada legislatura la necesaria renovación del CGPJ. Espero de Feijóo que, rompiendo con el fraude de ley instaurado por sus antecesores, imponga la aplicación de la ley, o la reforme adecuadamente en el sentido que nos pide la Unión Europea.

-El Gobierno de Sánchez ha impulsado una ley de Bienestar Animal que dificulta bastante el trabajo de los agricultores y los ganaderos, por no hablar de los cazadores. Espero de Feijóo que racionalice esa ley para que, sin que se practique ninguna crueldad con los animales, se deje trabajar a los sectores primarios de nuestro país.

-El Gobierno de Sánchez ha impulsado una ley de Memoria Democrática que dificulta que exploremos libremente nuestro pasado y que expresemos nuestras opiniones sobre cualquiera de las etapas de nuestra historia. Para mayor agravio, ha pactado que las víctimas de ETA queden fuera de la versión vasca de la Memoria Histórica. Como represaliado del franquismo, espero de Feijóo que reinstaure las libertades de investigación, docencia y expresión en lo referente a la Historia de España. Y si alguien le da por exaltar al franquismo, ya le daremos réplica con argumentos, que no con palos, ni con multas.

-El Gobierno de Sánchez ha elaborado una ley contra las ocupaciones de casas que no sirve para nada. No es extraño, pues varios de sus ministros y aliados son favorables a las ocupaciones y, en general, contrarios a la propiedad privada. Espero de Feijóo que elabore una norma que devuelva el uso de su casa a su propietario en un par de días, sin que el estado de vulnerabilidad de los okupas lo impida. Eso nos igualaría a los demás países europeos, que castigan sin contemplaciones ese creciente delito.

-Tras la sedición separatista de 2017, varios responsables huyeron a Bélgica, cuyos jueces han tergiversado el espíritu de las euroórdenes para evitar ponerlos a disposición de la justicia española. Espero de Feijóo que promueva una reforma de las euroórdenes para que eso no vuelva a pasar o, en su caso, que España renuncie a colaborar judicialmente con los países, empezando por Bélgica, que protejan a los reclamados por los jueces españoles. Se trataría de una aplicación del bien conocido principio diplomático de la reciprocidad.

-Los policías españoles y los guardias civiles trabajan en condiciones más penosas y con salarios menores que los policías autonómicos de diversas regiones. Espero del Feijóo que asegure la presencia de los policías y los guardias civiles en toda España y que equipare por ley sus salarios a los de los de Cataluña y el País Vasco.

-Los gobiernos separatistas catalanes han ido estableciendo por el mundo una red de embajadas cuya principal función es denigrar a España. Además, gastan mucho dinero en untar a altos responsables de la ONU para que emitan informes contrarios a España. Espero de Feijóo que haga valer el dictamen constitucional de que la política exterior es competencia exclusiva del gobierno español y corrija esos excesos. Sería tan fácil como prohibir por ley que los gobiernos regionales subvencionen a agentes internacionales.

-Gracias a Yolanda Díaz nos hemos hecho conscientes que el representante español en la ONU, señor Maraver, piensa que España es una monarquía bananera, que Cataluña debe separarse de España y que la Constitución es un cerrojo regresivo. Espero de Feijóo que nombre un representante en la ONU que crea que España es una nación, que nuestro régimen político es una monarquía parlamentaria, que ninguna región de España puede segregarse y que la Constitución es nuestra norma máxima, solo modificable por los mecanismos que ella misma prevé.

-Finalmente, una sutileza de universitario. En la actualidad, España es un distrito universitario único, lo que implica que las evaluaciones realizadas en cualquier región valen para cualquier universidad española. Eso está originando una competencia desleal por la diversidad de exigencias en las distintas regiones, lo que va en detrimento de los mejores estudiantes de más exigentes. 

No espero, pero me gustaría, que Feijóo estableciese algún mecanismo para corregir ese problema. Podría consistir en fijar una prueba única para toda España, como se hace con los MIR, o sustituir el método de los valores absolutos de las notas por otro en el que se mida la posición relativa de la nota en el conjunto de su región de origen. En resumen, que se normalicen las notas para corregir los sesgos de escala entre regiones. Ya puestos, sería ideal que Feijóo encargase la competencia en Universidades a alguien que sepa de universidades y, aunque sea mucho pedir, de ciencia.

Esto último se lo perdonaría, igual que lo de la economía, pero no estoy dispuesto a aceptar que, haciendo un Rajoy, piense que todo lo demás es un lio y lo deje estar. En ese caso, me sentiría defraudado como español. Y tomaría represalias.


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