A micrófono cerrado / OPINIÓN

Líderes en crecimiento, pese a todo

7/12/2019 - 

MURCIA. Quién lo diría, pero así es... si así parece; aunque la microeconomía se empeña en demostrar lo contrario, y colisiona constantemente con la rimbombante macroeconomía, tantas veces contradictoria. En esta Región, especialmente contradictoria. Porque seguimos heridos por una deuda de unos 10 mil millones de euros, por un desbocado déficit del 1.4%, así como por una infrafinanciación vergonzosa, y unas infraestructuras que claman al cielo.  Y por supuesto, sin agua ni para todos ni para nadie, y con el trasvase en peligro.

Sin embargo, muy por encima de todo ello, sobrevuela el mayor desastre medioambiental de este siglo; para escarnio colectivo de todos, nuestro Mar Menor agoniza ante las proclamas solidarias que brotan por doquier ahora, cuando hace apenas un lustro nuestro pequeño gran mar sólo le importaba a algún científico extravagante, que sufría en la soledad de la indiferencia lo que se avecinaba irremisiblemente.

El último barómetro del CEMOP lo pone de manera clamorosa en evidencia: desde que se realiza este estudio, es la primera vez –la primera- que aparece el Mar Menor como una de las principales preocupaciones de los murcianos, nunca antes había parecido en tan regional investigación demoscópica. Lo hace ahora como segunda preocupación. Mas de Portmán, cuya regeneración se eterniza por los siglos de los siglos, ni rastro; pese a que sigue constituyendo uno de los atentados más horribles contra el medio ambiente de nuestra historia contemporánea.

Sumen a todo ello, nuestro índice de pobreza, uno de los mayores de España, que no se reduce, con lo que todavía tenemos el execrable honor de aparecer en los lugares de cabeza de un ránking en el que nadie quisiera estar, (casi uno de cada tres murcianos sigue en riesgo de exclusión). Extrañamente tampoco los encuestados por el Cemop lo incluyen entre sus mayores preocupaciones. El desempleo sí; faltaría más (ya 100.624 parados, otros 805 en noviembre); y gracias a la dichosa devaluación salarial, nuestros trabajadores ven también de cerca la alargada sombra del ciprés de la pobreza.

Pero crecemos...

‘Eppur si muove’; y, sin embargo, nos movemos… Entre el incesante ir y venir de datos y estadísticas, siempre habrá algún Galileo que lo asegure con fundamentos científicos o sin ellos, para nuestro solaz y desconcierto. Así que nuestra Región sea líder en crecimiento causa, además de placer, admiración. Con toda la que está cayendo sobre nuestras doloridas cabezas, que Murcia siga creciendo supone un antídoto contra el pesimismo que se deriva de los persistentes males históricos, que se ceban con esta tan necesitada Región.

Con desaceleración o sin ella, el Producto Interior Bruto de Murcia creció un 0,6 por ciento en el tercer trimestre del 2019 con respecto al trimestre anterior, el mayor aumento por comunidades autónomas y dos décimas por encima de la media nacional (0,4 por ciento), según la estimación de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (la celebérrima AIReF). A nivel interanual, el PIB de la Región aumentó en un 2,2 por ciento en el tercer trimestre, el segundo incremento más elevado por comunidades, solo inferior al de Asturias (2,3 por ciento), y dos décimas superior al de la media nacional (2 por ciento).

Pero -siempre hay un pero en esta tierra rebosante de peros y sin embargos- con un déficit del 1,4% y una deuda que supera ya los 10 mil millones, no se puede ir muy lejos, diga la AIREF lo que diga, y pronostiquen lo que pronostiquen analistas y consejeros bien aconsejados.

Para colmo, la incertidumbre política no se ha desvanecido en absoluto tras el 10 de noviembre, sino todo lo contrario.  A comienzos de la XIV Legislatura, que estamos iniciando con más pena que gloria, el escenario que se adivina no es nada gratificante; en lontananza avistamos a un hipotético Gobierno hecho a retales, y a una exacerbada crisis que llama a la puerta. Como también lo pueden hacer los enésimos comicios.

No obstante, cual colegiales eternos e ingenuos, a los que resulta sumamente fácil convencer del geocentrismo o de la inmensa grandeza de nuestros líderes y lideresas, le estamos cogiendo un perverso gusto a acudir una vez por semestre al colegio (electoral naturalmente).Y si llegase ese supremo instante, los que resultaren ganadores, si es que realmente ganara alguien, volverían a pasarnos factura más temprano que tarde. Ya nuestro voto volvería a carecer de valor, como ahora; así luce el oscuro encanto de la aburguesada partitocracia. Por cierto, los ‘'partitocratos’  sí figuran en el barómetro del Cemop como una de las más agresivas pesadumbres de nuestro tiempo.

Empero, de qué nos preocupamos; los asfixiantes ecos políticos, aunque no haya gobierno, se atenuarán en las celebraciones venideras, entre uvas de la suerte y cavas de la tierra. Y en primavera,  pase lo que pase, seguiremos escuchando el silbo de los aires amorosos…


Hipólito Martínez es periodista