HECHO A MANO / OPINIÓN

Ley de conservación de los admiradores

3/07/2020 - 

Hace un par de décadas desarrollé una teoría que con el paso de los años he ido perfeccionando tanto que a punto estoy de validarla en Harvard: la ley de conservación de los admiradores. Lo bueno de esta ley es que cualquiera de ustedes son arte y parte de esta teoría social, por lo que podrán convenir conmigo su veracidad.

Partimos de una inocente caída de ojos, una sonrisa de medio lado, te preparo un café y lo dejo en tu mesa o “eso es carne y no lo que echo al cocido”. Esto no pasa de aquí, de hecho ni te has enterado que ha ocurrido.  A partir de ahí empiezan a sucederse los cafés matinales antes de que llegues a tu mesa un día tras otro y sin darte cuenta de repente te encuentras más a gusto que en brazos. Saber que uno está en el mercado levanta el ánimo a cualquiera independientemente de su estado civil no nos engañemos y si estás casado más todavía porque el matrimonio es como el trastero, la antesala del contenedor de basura de lo emocionante.

Empiezas a preocuparte por cosas que hace años no te importaban como salir perfumado de casa, ¿con corbata o cuello abierto?, ¿brillo de labios o rojo veneno?, ¿en moto o en coche para que no se despeinen los tres pelos de la calva? Te sientes sexy y eso te da seguridad, estás igual que el chaval de Axe bañado en Dark Chocolat, 'pa comerte', y tú mujer te sientes tan poderosa que serías tan intrépida de salir a la calle con la cara lavada, vamos lo que equivale a sólo dos manos de pintura.

Todo esto es muy divertido porque pasas olímpicamente del interesado y egoístamente te dejas querer. Alardeas con los amigos que alguien te ha echado el ojo, estaba claro ¡un bomboncito como tú! No quieres parecer vanidoso pero sabes que con poquito que hicieras  durarías menos que un caramelo en la puerta de un colegio.

De repente un día no hay café encima de la mesa y al siguiente tampoco ni al otro y esa persona que era insignificante para ti cobra importancia y te incomoda profundamente ese desdén repentino. Justo cuando pierde el interés es cuando empieza a interesarte a ti y comienzas a dar paseos por delante de ella como si de la danza del apareamiento se tratara con más espectáculo que contenido. Se ha generado una sensación de abandono que te incomoda y ahora quieres la revancha.

En esto consiste mi teoría, no hay nada más eficaz que dejar de prestar atención a alguien a quien adulas para que automáticamente se genere un interés repentino por ti, desencadenando en el otro el ferviente deseo de conservar a ese admirador. Con los años entramos en un círculo vicioso de trabajo y familia que nos hace olvidar quién somos. Necesitamos sentirnos importantes y el hecho de captar la atención de alguien aunque sea de forma fugaz reconforta nuestro ego. Para ello no hay que esperar a que nadie de el primer paso, la mayoría de las veces esa primera acción está en nuestra mano. Sea usted ese admirador secreto para su pareja y comprobará placenteramente como todas las mañanas tiene café caliente en la cama.

Gracias por su lectura.

Trinidad Guía Sánchez es Licenciada en Ciencias Económicas, Máster en Dirección y Administración de Empresas y Experta en Ventas.

@GuiaTrinidad Linkedin: Trinidad Guía