ÁGUILAS (EUROPA PRESS). Desde el pasado lunes, todos los barcos de arrastre del Mediterráneo occidental deberán quedar amarrados a puerto. La causa es el inicio del paro acordado por los ministros de pesca de la Unión Europea y que se hizo para permitir la recuperación de los caladeros mediterráneos. Las flotas deberán permanecer en puerto hasta el 28 de marzo y, posteriormente, en noviembre de este mismo año.
Sin embargo, mar adentro se considera que esta directiva europea hace que la supervivencia de estos barcos sea "muy complicada", como así ha señalado el patrón mayor de la Cofradía de pescadores de Águilas, Manuel Díaz.
El puerto aguileño es el que más embarcaciones usan este arte de pesca en la Región de Murcia pero es un problema también para el resto de comunidades del Mediterráneo (Cataluña, Valencia, Baleares, Andalucía y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla). Sólo en Águilas, ocho barcos y sus tripulaciones están parados lo que supone que "30 familias no tienen ingresos".
La veda durará 160 días y pretende, según Díaz, "reducir las capturas de manera progresiva" desde el 6% hasta el 10% o lo que es lo mismo "de trabajar 250 días al año vamos a pasar a sólo 130" ha calculado Díaz, quien insiste en que "no entendemos esta medida".
De este modo, la tripulación deberá "buscar algún trabajo en tierra para aguantar", una situación que puede deparar que muchos marineros no vuelvan a la mar "si encuentran cierta estabilidad". A la larga, el patrón aguileño "no sabe qué pasará", en los muelles de Águilas los patrones quieren seguir por que "no conocen otra cosa".
Los pescadores siguen sin entender los motivos de esta veda. "No hay estudios científicos que avalen esta decisión", se queja amargamente el patrón mayor de Águilas, que ve cómo los barcos perderán las capturas de gamba blanca y roja, rape o pescadilla, que serían las especies que capturarían para este temporada.
Para Manuel Díaz, esta medida sólo le vendrá bien a "otros países como Marruecos", que podrán seguir pescando en los caladeros del Mediterráneo occidental mientras las flotas españolas y europeas acatan el mandato de Bruselas.