MADRID. En un país como España, donde el traspaso entre fondos de inversión no tributa, los únicos que tenían un motivo sólido para montar una sicav para el patrimonio financiero de los grandes inversores eran los bancos. Porque, además, hace mucho tiempo que a través de fondos de inversión se puede invertir en cualquier tipo de activo, sector o país.
Pero las sicavs son sociedades y, por lo tanto, generan todo tipo de gastos y comisiones, ya sean de funcionamiento, mantenimiento, gestión, depósito, intermediación... Y los bancos son los que cobran la mayoría de esas comisiones.
La alternativa, una cartera de fondos de inversión, sólo tenía comisiones de gestión. Y además bajísimas, porque hace tiempo que existen participaciones en fondos específicas para banca privada, las famosas 'clases limpias'. La gestión del patrimonio financiero a través de una cartera de fondos era y es mucho más barata que utilizar una sicav y encima se evitaban gastos societarios y regulatorios.
La buena noticia es que la crisis que ha generado el Gobierno entre los altos patrimonios con el cambio de legislación de las sicav es un ejemplo de que las crisis muchas veces son oportunidades. En este caso, de liberarse de cadenas bancarias, es decir, de burocracia, gastos y comisiones, sin perder, o incluso ganando, rentabilidad. Es una oportunidad que hay que aprovechar.
Víctor Alvargonzález es socio fundador y director de estrategia de Nextep Finance