MURCIA (EUROPA PRESS). Expertos de Vithas sostienen que las semillas de yodo permiten la detección rápida de lesiones en la mama que presentan difícil acceso. Por ello, el Hospital Vithas Medimar, en colaboración con los servicios de medicina nuclear y radiología, han implantado una nueva técnica de cirugía radioguiada en lesiones no palpables de mama -que no se detectan en la exploración física- y de difícil localización intraquirúrgica, por su inaccesibilidad, mediante la inyección de estas semillas de yodo de muy baja actividad.
Estas semillas tienen un tamaño de 0.8 x 4.5 milímetros y son visibles radiológicamente, lo que permite una detección muy focal y rápida, más precisa, con menor extirpación de tejido sano y menor tiempo de intervención quirúrgica, según informa el grupo en un comunicado.
Asimismo, además de la mama, también se emplean en zonas específicas como son el pulmón, la cabeza, el cuello, abdomen, así como casos de melanoma, afectación ganglionar y pre quimioterapia, entre otros, añade.
Existen diferentes patologías que pueden presentar daños en el tejido que no puede observarse con facilidad ni ser detectado de forma palpable en una exploración médica; pueden ser lesiones benignas o malignas y ocurre en casos de adenopatías, tiroidismo o fibroadenomas, entre otros.
Ante tal escenario, el doctor Pascual de la Cruz, jefe del servicio de medicina nuclear del Hospital Vithas Medimar, indica que "el objetivo principal al que se enfrenta el especialista, al iniciar el planteamiento quirúrgico de un paciente, es encontrar la técnica que permita la mejor localización intraoperatoria de la lesión a tratar para poder proceder a su extirpación".
"La utilización de esta nueva técnica mediante la implantación de semillas permite una mayor eficiencia en dicha localización, con el correspondiente beneficio para los pacientes", subraya De la Cruz.
Respecto al proceso, una vez se localiza la ubicación exacta del daño mediante la técnica de imagen en la que es visible (ecografía, mamografía, TAC o resonancia magnética), se procede a la implantación de la semilla en condiciones de esterilidad en los días previos a la cirugía del paciente, con posterioridad el médico nuclear ayudado de una sonda gamma detectora portátil procede a su localización.
De este modo, el cirujano puede planificar la mejor forma de abordar y extirpar en quirófano el tejido a reparar. Una vez extirpado, se envían al servicio de anatomía patológica para su análisis. Es entonces cuando el servicio de medicina nuclear se encarga de recuperar la semilla y almacenar dicha fuente hasta su retirada por la empresa suministradora.
"Para la realización de la técnica es preciso el trabajo en equipo de varias especialidades médicas como, radiología, cirugía general, cirugía maxilofacial, cirugía torácica, endocrinología, ginecología, medicina nuclear y anatomía patológica", concluye el experto.