Las pelotas con caldo y la música de raíz murciana llenan Patiño de alegría y tradición

12/01/2020 - 

MURCIA. Las calles de la pedanía murciana de Patiño se han convertido el primer domingo de enero un año más en la capital del folklore regional con su Encuentro de Cuadrillas, que ha reunido en su trigésimo segunda edición a más de 10.000 personas entre vecinos de la pedanía, del municipio, de la Región y vistantes de provincias vecinas como Almería, Alicante, Valencia o Albacete.

Y es que nadie quería perderse las más de 100.000 pelotas con caldo que se han repartido en una jornada en la que troveros y músicos de lCuadrilla de Patiño, la Cuadrilla de Aledo, la Cuadrilla de Purias de Lorca, la Cuadrilla de Torreagüera, la Cuadrilla de Chirivel de Almería y los Animeros de San Blas de Bullas han hecho las delicias de todos los que han pasado por alto el frío de esta jornada de enero para cumplir con una tradición de la huerta de Murcia que se adapta a los nuevos tiempos.

La música tradicional sonó desde bien temprano y la jornada se inició con churros con chocolate en la plaza de la Iglesia, hechos por las familias de la pedanía y distribuidos por la peña huertana La Hijuela, que mantiene la viva la llama de este Encuentro de Cuadrillas en memoria del trovero local Manuel Cárceles, 'El Patiñero'.

A la cita no faltaron el alcalde de Murcia, José Ballesta, y el edil Jesús Pacheco, así como el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Murca, José Antonio Serrano, quien acudió junto a concejales socialista como Enrique Lorca, Carmen Fructuoso y Ainhoa Sánchez.

El secretario regional del PSOE, Diego Conesa, y los 'populares' Maruja Pelegrín, Lola Sánchez Alarcón, Rafael Gómez y Conchita Ruiz tampoco faltaron a la citaLa nómina política se completó con los concejales de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Murcia Paqui Pérez o Pedro José García Rex o la consejera del Gobierno regional del partido naranja Ana Martínez Vidal.

Todos los visitantes, tras reponer fuerzas con las 'pelotas', la jornada continuó por la tarde. Y es que la música tradicional y la energía que dan los platos más huertanos hizo que la jornada se estirase hasta casi la noche.

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