MURCIA. Hace mucho me invitaron a escribir sobre las mujeres y del dicho "No hay mujer buena" o "Todas os tratáis como arpías".
Y yo hoy vengo a cambiar el ritmo, no hay mujer mala porque trae la vida. Todas somos madres, hijas, amigas, y de aquello solo nace el Amor.
Y entonces te das cuenta por qué se inventaron esos cuentos, por qué a tantos mens les da pánico el liderazgo femenino.
"ellas, todas las mujeres de mi vida, este año tan oscuro han estado a mi lado, haciendo de líderes"
No soy de aquellas mujeres fantasma que piensa que somos mejor que los hombres, aunque en público alguna vez lo haya dicho para hacerles rabiar. Soy de las que piensa que las personas, hombre y mujeres, somos complementarios: nos necesitamos ayudamos y generamos todo en equipo.
Soy de esas personas que cree en la magia; jamás había visto a tantas mujeres unidas por tantas cosas buenas, por ayudar unas a otras, por apoyar el liderazgo de otras, para que salgan adelante en las cosas más pequeñas y en los retos más grandes. Mi única misión es dejar a mi hija el legado de una vida de criterio, coherencia y poder para transformar el mundo, para que la Luz irradie eso del Liderazgo, que nace de dentro de lo más hondo, sin importar sexo, edad, ideología, país de origen, raza, religión, o condición social. Rompiendo moldes se llama.
Hoy quisiera romper un molde, un estereotipo: ese de que no sabemos ayudar a otras mujeres, y es que este año tantas y tantas mujeres me han ayudado, con su mano, su sonrisa, su teléfono; su apoyo, su mirada, su amistad, su maternidad, sus palabras, sus proyectos, sus cafés interminables, sus grupos de wasap, sus favores eternos, sus premios, sus alegrías, su humanidad, sus lágrimas, su cuidado máximo hacia el otro sin importar nada a cambio.
Porque ellas, todas las mujeres de mi vida, este año tan oscuro han estado a mi lado, haciendo de líderes. Mi hija hace bien poco me enseñó a ser valiente, a pesar de las duras y maduras, a vencer el miedo, a comer lágrimas y levantarte. Y entonces allí estaba yo haciendo eso para ella, con 7 años, guiando a su mamá… como la gran líder que es.
Me gustaría soñar, ver a grandes mujeres en las cabezas de las organizaciones: empresariales, institucionales, política, Estado, CCAA., asociaciones. Pero saben… ya están y es que a veces hay que aprender a mirar dónde están y por qué todo sale bien. Siempre es por el mismo motivo: porque aman. Y si no, piensa, no hay una gran mujer en tu vida, señor lector: una madre, una hermana, una hija, una amiga, una esposa, una jefa, una líder a la que admirar, una escritora….
Ellas inspiran, y de ahí, que las musas sean quienes se sumen al cambio de era…
La era del junts.
Macarena Perona
Abogada