MURCIA (MP/EP). Aunque nadie va a negar que el verano es una época para disfrutar, lo cierto es que el calor también incluye una serie de molestias que los murcianos tenemos que soportar estoicamente. Entre ellas, encontramos la amenaza que supone cada verano el reencuentro con animales que pueden dañar al ser humano a través de su picadura, como las avispas o los mosquitos.
Así pues, los habitantes del suroeste ya reconocen al mosquito tigre como uno de los viejos compañeros de verano, pues cada año vuelve en la época estival para incordiar a los habitantes de la Región. En consecuencia, el Ayuntamiento de Murcia ha destinado numerosos efectivos a combatir los focos de cría de esta especie, entre los que se encuentran cinco equipos con 13 técnicos y un veterinario, equipados con 3 drones e incluso un helicóptero de apoyo.
Asimismo, las medusas también continúan siendo un foco de preocupación para los murcianos cuando se encuentran con estos animales en las costas murcianas. No obstante, Murcia Plaza recuerda que las picaduras de estos animales no deberían resultar graves y, en condiciones normales, solo resulta necesario lavar la zona con agua salada y aplicar frío. Como prueba del perjuicio que suponen estos invertebrados para los bañistas, el Gobierno regional ha desembolsado más de 1 millón de euros para instalar redes en el Mar Menor con la intención de evitar el contacto con las medusas.
En la parte contraria, moscas y avispas resultan un problema para la zona más rural de la Región, pues estos insectos se tienden a aparecer con más frecuencia en verano, especialmente ante la presencia de comida o agua. Aunque no debería haber grandes problemas en caso de no molestarlas, las avispas están comenzando a suponer un mayor problema en los últimos tiempos, pues cada vez resultan más frecuentes las reacciones alérgicas graves ante el pinchazo de su aguijón.
Además de las ya mencionadas, la ola de calor de la pasada semana también ha provocado un pico el volumen de la población de la mosca negra, más conocida como "mosca chupasangre".
Este insecto, algo más pequeño que la mosca común, mide entre tres y seis milímetros y tiene como hábitat común las corrientes de agua y las zonas boscosas. Su objetivo al morder es chupar sangre, ya que de este modo obtiene el aporte nutricional que necesita para desarrollarse y reproducirse.
Eso sí, "lo que realmente hace no es picar, sino morder de manera dolorosa, dejando un punto rojo e inflamación", explica el responsable de la unidad de medicina interna del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, Jesús Recio: "Al morder, la piel inocula un anestésico que tiene efecto vasodilatador y anticoagulante por lo que hasta que no han pasado unas horas la persona afectada aún no ha reparado en su mordisco".
En caso de que se detecten signos de infección o mucho dolor e inflamación tras una mordedura, se debe consultar con un médico para poder tratar la herida de mosca negra de forma adecuada.
Para evitar las picaduras de estos insectos los expertos recomienda el uso de repelentes, vestir con ropa clara y evitar las zonas de mayor afluencia de estas especies, como ríos o pantanos.
Otra medida de prevención es la instalación de mosquiteras en puertas y ventanas o el uso del aire acondicionado, pues evita la entrada de mosquitos debido a la disminución de la temperatura.