El caso es que cada vez que se habla de Turquía, los inversores no dejan de mirar -de reojo o de frente- a BBVA y a su cotización porque controla el banco otomano Garanti, tal y como explica el analista
MADRID. Si miramos la rentabilidad de las acciones de los seis bancos españoles que cotizan en el selectivo Ibex 35, vemos que los dos bancos que lideran la tabla son BBVA y Santander. Después del susto que han dado los bancos regionales norteamericanos, los inversores han preferido volver sus preferencias a los grandes bancos globales (más diversificados en su negocio tanto geográficamente como por tipología), en detrimento de la banca doméstica.
Pero dentro de la placidez con la que nos están obsequiando los mercados este mes de mayo, BBVA se despertó el pasado día 15 sufriendo fuertes caídas en el precio de sus acciones, que le llevaron a perder durante algunos minutos de la sesión, un porcentaje superior al 5% de su capitalización. La explicación la encontramos en la celebración de las elecciones presidenciales y parlamentarias en Turquía el fin de semana anterior, y que han llevado a la necesidad de efectuar una segunda vuelta.
Turquía está de moda y no sólo por sus impactantes telenovelas, que invaden las cadenas de televisión de todo el mundo. En los últimos tiempos se ha convertido en un país muy relevante desde el punto de vista geoestratégico -siendo miembro de la OTAN- y muy controvertido desde el punto de vista económico. El caso es que cada vez que se habla de Turquía, los inversores no dejan de mirar -de reojo o de frente- a BBVA y a su cotización. Y esto ocurre desde los primeros momentos en los que BBVA desembarcó en el país otomano, tomando posiciones en uno de los bancos más potentes del país (Garanti) allá por 2011.
¿Qué riesgos tiene Turquía y por qué afecta tanto a la cotización de BBVA? Los principales riesgos de Turquía vienen desde el punto de vista macroeconómico:
Es obvio que este panorama afecta a Garanti Bank del que BBVA controla un 86% de su capital después de los últimos movimientos accionariales realizados el año pasado y, por tanto, de rebote, a BBVA.
BBVA siempre ha mantenido y comunicado con énfasis dos ideas respecto de su inversión turca: la primera que se trata de una inversión con un objetivo de medio-largo plazo; y la segunda, que aunque su inversión en la entidad turca finalmente resultase fallida, no tendría riesgos para la matriz debido a la aplicación de la estrategia 'Multiple Point of Entry', que supone que cada filial de BBVA es autosuficiente y responsable de gestionar sus propios recursos financieros y su liquidez.
¿Fue normal la reacción de los inversores ante el anuncio de la celebración de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales turcas? Creo que no, pero a los inversores no les gusta la incertidumbre. El escenario que abre la celebración de una segunda vuelta en las elecciones turcas, que se prevé muy ajustada, supone la apertura de un escenario de inestabilidad política y geopolítica. También es verdad que a los inversores les gustaría una vuelta a la ortodoxia en la política económica del país, algo que con Erdoğan al mando parece complicado de conseguir, aunque tampoco tenemos claro que con el líder opositor, Kemal Kılıçdaroğlu en el Gobierno, las cosas fueran a cambiar a mejor.
¿Es Turquía un mercado de riesgo? Lo es, pero no supone un riesgo mayor al que presentan otros países emergentes con ciertos políticos a los mandos. Un aspecto muy relevante para la economía turca -y de rebote, por tanto, para BBVA- es que el próximo ejecutivo que resulte de las elecciones consiga recuperar la confianza de los inversores extranjeros, que en los últimos cinco años han reducido a la mitad su participación en la renta variable turca y que han huido de los bonos soberanos emitidos en liras turcas.
Como en cualquier país con el perfil de Turquía, se trata de valorar qué pesa más, si el dinamismo comercial y por tanto la rentabilidad que se puede obtener de una inversión o el puro riesgo país. Obviamente BBVA entiende que van a ser más los beneficios que los riesgos.
El mercado puede que no lo tenga tan claro, pero en cualquier caso esa percepción de riesgo es algo que ya debería estar reflejada en la cotización de BBVA. En este sentido decir que actualmente cotiza con un descuento importante respecto al precio objetivo promedio que fija el pool de accionistas que sigue al banco: 8,41 euros por acción.
Evidentemente se trata del trabajo de analistas profesionales y que tienen en cuenta, entre otros factores, la posición de BBVA en Turquía, y que valoran los plus y los contras que se generan a la hora de establecer una valoración.
Antonio Castelo es analista de iBroker