Esta dolencia provoca depresión y ansiedad por lo que el afectado debe ser tratado además socioemocionalmente
MADRID (EP). La parálisis facial consiste en la pérdida total o parcial de movimiento muscular voluntario en un lado de la cara. Se produce por un trastorno en el nervio facial, que no transmite las órdenes nerviosas a los 23 músculos encargados de la movilidad y expresión de la cara, que se paralizan, total o parcialmente. La causa más frecuente, el 80 por ciento, es la idiopática y puede afectar a uno de cada 60 individuos a lo largo de la vida, con picos de incidencia entre las edades de 30 y 50 años y a los 60 y 70 años.
Por este motivo, el Centro de Neurología Avanzada (CNA) ha insistido este viernes en la necesidad del diagnóstico y tratamiento inmediato para mejorar los síntomas y evitar además los posibles trastornos emocionales y psicológicos que conlleva esta deformación del rostro. Así, desde el CNA ofrecen información sobre los diversos tipos de parálisis facial y la diversidad de tratamientos efectivos para combatir una enfermedad "que no discrimina, ya que cualquier persona puede sufrirlo sin importar sexo o edad".
Según su etiología, este fenómeno se divide en Parálisis Facial Central (PFC) y Parálisis Facial Periférica (PFP). Existen varias causas de PFP, incluyendo etiologías idiopáticas o Parálisis de Bell, infecciosas, bacterianas sistémicas o locales, traumáticas, congénitas (Síndrome de Moebius), iatrogénicas y metabólicas.
En el caso de las Parálisis Faciales periféricas de origen idiopática, "el pronóstico es, en general, muy satisfactorio ya que del 80 al 90 por ciento de los pacientes verán recuperarse rápidamente si atienden a un tratamiento temprano", ha explicado la experta en terapias del habla y tratamiento de este tipo de lesiones del Centro de Neurología Avanzada (CNA), Anelise Sanchis.
En un porcentaje alto de los casos se consigue una recuperación total de la función del nervio. El tiempo medio suele ser entre cuatro y seis semanas, llegando hasta los seis meses para la recuperación completa. El resto de los casos, "si no presentasen resultados satisfactorios, o si no recibiesen una rehabilitación con las orientaciones adecuadas, podrían tener secuelas de moderadas a graves, incluso en el lado no afectado".
Por ello, la experta quiere hacer especial hincapié en la importancia de ponerse en manos de un especialista y ha indicado que "lo primero que una persona tiene que hacer si percibe alteración en su cara es buscar atención médica y será el medico quien hará la evaluación necesaria, solicitará exámenes más específicos y prescribirá la medicación apropiada".
Una vez se haya hecho este primer diagnóstico, continúa Sanchís, la persona deberá ser derivada a los terapeutas especializados en la rehabilitación de la Parálisis Facial (logopeda, neurólogo y fisioterapeuta) para recibir las orientaciones correctas en cada caso.
Y es que debido a la gran cantidad de causas y a los impactos funcionales, estéticos y emocionales que la Parálisis Facial provoca en la vida de las personas afectadas, su tratamiento requiere la actuación de un equipo multidisciplinar como el del Centro de Neurología Avanzada (CNA) compuesto por médicos otorrinolaringólogos, oftalmólogos, neurólogos, cirujanos, además de logopedas, fisioterapeutas y psicólogos.
"El trabajo conjunto permite la atención integral de la persona afectada mejorando la evolución y haciendo desaparecer o minimizando sus secuelas en su rostro y su estado emocional", ha subrayado la experta.
Un protocolo de actuación multidisciplinar se implementa en el CNA para abordar estos casos de forma conjunta, algo fundamental en ese tipo de actuación, ya que "las personas mal informadas pueden realizar maniobras y ejercicios que, más que ayudar, les perjudiquen".
Este equipo multidisciplinar se dinamizará y actuará según la etiología de la parálisis, ya que además de la parálisis total o parcial de la musculatura de la cara, pueden ocurrir alteraciones auditivas como hiperacusia, hipoestesia en el conducto auditivo externo, en la salivación, lagrimeo, gusto y en la deglución.
Las secuelas de la parálisis facial provocan importantes cambios y dificultades en la vida de las personas afectadas. La alteración de la expresión facial afecta los aspectos psíquicos y sociales, con gran impacto en la apariencia, dificultades en la comunicación verbal y no verbal y, consecuentemente, en las relaciones interpersonales, además de ansiedad, estrés emocional y depresión.
En algunas ocasiones, ha comentado Sanchis, "la recuperación de la parálisis facial es incompleta porque el nervio está dañado y no es capaz de funcionar con normalidad". "Pueden aparecer complicaciones como el espasmo hemifacial, cuando algunos músculos están contraídos de forma permanente, o sincinesias, cuando, al realizar un movimiento voluntario, aparece otro no deseado".
En estos casos, además del tratamiento terapéutico miofuncional, el Centro de Neurología Avanzada incluye los más eficaces procedimientos estéticos y quirúrgicos. En concreto, el equipo de neurocirugía realiza técnicas quirúrgicas consistentes en la transposición de nervios craneales como con el hipogloso o en la colocación de una pesa o placa en el párpado del paciente para con el fin de que se pueda cerrar correctamente.
Además, los neurólogos del CNA quieren hacer hincapié en la eficacia de tratamientos que incluyan la estimulación magnética transcraneal, "terapia de neuromodulación, que aplicada precozmente, en nuestra experiencia, consigue recuperar más rápido la lesión del nervio facial".
Igualmente, y debido a las alteraciones en el tono y la fuerza muscular las demás funciones orofaciales también pueden verse afectadas. Es común encontrar alteraciones en el habla, caracterizada por una inadecuada producción de fonemas bilabiales y labiodentales; en la masticación, morderse la mejilla del lado paralizado, restos de alimento en el mismo, el hábito de masticar solo del lado bueno generando una alteración en la articulación temporomandibular. También podemos encontrar dificultad para tragar, debido a la incompetencia del sello labial, favoreciendo el escape de los alimentos.
Algunas personas, debido a tensión que ponen para la realización de los movimientos o mismo por la situación emocional en que se encuentran, se pueden generar graves tensiones en la musculatura del cuello, hombros y espalda.
El Centro de Neurología Avanzada es todo un referente en neurología del país y uno de los pocos centros especializados en nuestra comunidad autónoma en el tratamiento de la parálisis facial soportado por un equipo multidisciplinar de expertos repartidos entre su sede central de Sevilla con más de 900 metros cuadrados, y sus sedes satélites (CNA) en Huelva, Chiclana de la Frontera (Cádiz) y Málaga y realizan más de 18.000 consultas al año con un seguimiento personalizado y continuado al servicio del paciente.