Lagarde mantiene su previsión de crecimiento económico pese a la inflación

MADRID (EFE). La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha señalado este martes que la institución todavía prevé "tasas de crecimiento" en la eurozona a pesar de la ralentización económica derivada de la inflación.

En el discurso inaugural del foro del BCE que se celebra esta semana en Sintra (Portugal), Lagarde ha apuntado que la inflación ya afecta a la capacidad de compra de los hogares y a sus expectativas de futuro, pero que la demanda se mantiene gracias a los ahorros y la apertura de la actividad, en especial los servicios.

En caso de que la inflación se mantenga, ha añadido, la pérdida en la capacidad de compra erosionará el efecto de los ahorros y pondrá a prueba la resiliencia del mercado laboral, pero a pesar de ello cree que todavía hay capacidad de amortiguar la desaceleración y mantener el crecimiento.

Lagarde reiteró además una subida de los tipos de interés de un cuarto de punto en julio y dijo que el incremento de septiembre dependerá de los datos económicos. La presidenta del BCE apostilló que "si las perspectivas de inflación a medio plazo persisten o se deterioran, un aumento mayor será apropiado en la reunión de septiembre".

"Si las perspectivas de inflación no mejoran, tendremos suficiente información para mover más rápidamente. Este compromiso depende, sin embargo, de los datos", insistió Lagarde.

"Este acercamiento condicional en el ritmo del ajuste de los tipos de interés no debería ser confundido con un retraso en la normalización", añadió la presidenta del BCE.

Inflación alta

Lagarde advirtió también de que la inflación continuará "indeseablemente alta" en la eurozona durante "algún tiempo", lo que supone un gran reto para la política monetaria.

La presidenta del BCE señaló que la presión derivada de la inflación se ha intensificado y que cuatro de cada cinco componentes de la cesta de consumo se encareció por encima del 2 % anual de acuerdo a los datos de abril.

La persistencia de esta presión, dijo, dependerá de varios factores, entre los que citó la evolución del sector servicios o la previsible subida de los salarios, que, según sus cálculos, repuntarán un 4 % este año y el próximo, y un 3,7 % en 2024.

A esto se une que se podrían prolongar los problemas en las cadenas de suministro y el hecho de que "no hay final a la vista" para la guerra en Ucrania, que podría derivar en cortes de suministro energético que elevaran los precios.