"Más allá de septiembre, sobre la base de nuestra evaluación actual, anticipamos que será apropiado una senda gradual pero sostenida de aumentos adicionales en las tasas de interés, ha anunciado la francesa, añadiendo que el ritmo al que el BCE ajustará su política monetaria dependerá de los datos entrantes y de cómo evalúe la evolución de la inflación a mediano plazo.
"Hemos identificado una senda, no un movimiento particular, sino una serie de movimientos en los próximos meses", ha explicado Lagarde, para quien la decisión del Consejo de Gobierno del BCE "no es un paso, sino un viaje que empezó el pasado diciembre" y que ha ido colocando a la entidad en posición de dejar atrás sus medidas no convencionales.
De este modo, Lagarde ha anticipado que, en septiembre, la calibración de la subida prevista dependerá de las perspectivas de inflación a medio plazo, añadiendo que si estas se mantienen en el 2,1% para 2024 o empeoran, la subida de tipos será mayor de los 25 puntos básicos de julio. "La flexibilidad seguirá siendo un elemento de la política monetaria", ha aclarado.
En cualquier caso, la presidenta de BCE ha defendido que el Consejo de Gobierno quiere asegurarse de que la inflación retorna al objetivo del 2% en el medio plazo, después de admitir que las presiones inflacionistas se han intensificado y ampliado.
En este sentido, Lagarde ha señalado el impacto de la invasión rusa de Ucrania en la confianza, la inflación y el crecimiento, mientras que la situación de la pandemia en China ha empeorado los 'cuellos de botella', aunque ha advertido de que las subidas salariales han comenzado a cobrar impulso en la eurozona.
No tolerará la fragmentación
Por otro lado, la francesa ha insistido en que el BCE cuenta con herramientas, así como con la experiencia y la capacidad de dotarse de nuevos instrumentos si fuera necesario, para combatir la fragmentación de los costes de financiación en la zona euro que impidiese la correcta transmisión de la política monetaria.
"Debemos contar con la correcta posición monetaria pero también tenemos que asegurarnos de que se transmite a toda la zona euro y para eso tenemos que asegurarnos que no hay fragmentación", ha señalado Lagarde.
A este respecto, la presidenta del BCE ha recordado que la institución dispone de instrumentos como la capacidad de reinversión de la deuda adquirida bajo el programa antipandemia (PEPP), que será reinvertida con total flexibilidad de tiempo y jurisdicciones.
"Como ya hemos demostrado, desplegaremos otros instrumentos existentes o aquellos necesarios para evitar que la fragmentación impida la adecuada transmisión de la política monetaria", ha añadido.
Sobre esta cuestión, Lagarde no ha querido entrar en detalles, señalando que no hay un nivel específico de las primas de riesgo o de los rendimientos de la deuda que pudiera desencadenar la intervención del banco central. "No toleraremos una fragmentación que impida la transmisión de la política monetaria", ha concluido.