MADRID (EP). El economista de jefe de Tressis, Daniel Lacalle, ha afirmado que la idea que tiene el mercado de que los bancos centrales van a bajar los tipos de interés oficiales en 2024 en seis o siete ocasiones "no tiene sentido", más teniendo en cuenta que el escenario central de la gestora es de un "aterrizaje suave".
"Tenemos que ser conscientes de que los bancos centrales nunca actúan de manera preventiva. No lo han hecho nunca en la historia. La idea de que los bancos centrales, con la inflación por encima del objetivo del 2%, van a bajar los tipos en seis o siete veces no tiene ningún sentido, sobre todo si se cumple el aterrizaje suave", ha indicado el economista durante la presentación de Tressis de sus perspectivas para 2024 junto al consejero delegado de la gestora, José Miguel Maté.
Lacalle ha explicado que esta situación es "positiva", puesto que si los bancos centrales redujesen los tipos de manera drástica supondría una situación de "auténtico desastre económico".
Además, la gestora ha explicado que si bien los bancos centrales, en especial la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) han subido tipos desde mediados de 2022, no ha aplicado una política restrictiva al garantizar las inyecciones de liquidez.
"La liquidez neta va a continuar, con una reducción del balance moderada. Tenemos que considerar un escenario en el que los bancos centrales no van a ser restrictivos en liquidez", ha sostenido.
Así, las previsiones que maneja Tressis es que la Fed aplique un par de bajadas de tipos en 2024 de alrededor de 50 puntos básicos en total, mientras que en la eurozona podrían aplicarse entre tres y cuatro bajadas.
En líneas generales, Tressis indica que el contexto del nuevo año está marcado por una moderación de la inflación, aunque sigue por encima de los objetivos marcados por los bancos centrales, mientras que las proyecciones económicas apuntan a un crecimiento global "modesto" con contrastes geográficos.
Lacalle ha puesto sobre la mesa los diferentes comicios que se darán a lo largo de 2024, como las elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde cobrará especial importancia la guerra comercial con China y que supondrá, además, la dificultad de poner en marcha planes que reduzcan el déficit ante la necesidad de contar con el apoyo del electorado en el caso del Partido Demócrata, que actualmente ocupa la presidencia.
Además, el experto ha incidido en que "los problemas del sector inmobiliario en China y la guerra de Ucrania persistirán en 2024 como retos a medio plazo, a los que habría que sumar otros riesgos geopolíticos como la situación en Oriente Próximo".
En cuanto a la posición de la gestora frente a los diferentes activos, por un lado, tiene una visión positiva hacia la renta fija en 2024, aunque con "cautela", tras el buen desempeño registrado por este activo durante los dos últimos meses de 2023.
Tressis explica que la rentabilidades a vencimiento ofrecidas actualmente por los bonos son lo "suficientemente altas" como para absorber un aumento en la rentabilidad exigida desde los niveles actuales. Además, la renta fija tendrá un papel clave como diversificador de las carteras en los periodos de volatilidad. Aun así, la gestora adopta una postura "prudente" en su asignación a renta fija, centrándose en deuda pública y renta fija privada de alta calidad.
En cuanto a la renta variable, desde la entidad anticipan un escenario positivo para 2024, apostando por temáticas con "vientos de cola", como eficiencia energética, tanto desde el punto de vista de la automatización industrial como de los materiales de alto rendimiento.
Además, la firma destaca la oportunidad que ofrecen otros sectores como servicios de comunicación y tecnología, con énfasis en la computación en la nube y la inteligencia artificial. Las infraestructuras, impulsadas por las necesidades de renovación en los países desarrollados y por el crecimiento de los emergentes, también lo considera un sector relevante.
Tressis valora la demografía como una temática a incluir dentro de las carteras, en respuesta al envejecimiento de la población y el crecimiento de la clase media en Asia, y apunta a una posible recuperación de las pequeñas y medianas compañías infravaloradas los últimos años respecto a las grandes.
Por último, sigue favoreciendo los mercados desarrollados frente a los emergentes y mantienen cierta cautela en cuanto a la inversión en petroleras, el sector de medios y entretenimiento, las biotecnológicas sin beneficios y las automovilísticas clásicas.
Con respecto a la evolución esperada del Ibex 35, el consejero delegado de la firma, José Miguel Maté, ha explicado que hay que analizar la composición de este selectivo, donde priman el sector bancario y el energético.
Sobre el primero, ha señalado que durante 2023 se ha visto beneficiado por varios vientos de cola, como la subida de tipos, la baja morosidad o la falta de remuneración de los depósitos, una situaciones que podrían cambiar en 2024 y moderar el crecimiento del índice.
En cambio, Lacalle ha explicado que el impulso del Ibex 35 debería proceder ahora del sector energético, si bien ha afirmado que hay "factores exógenos y nacionales complicados", como la regulación o los impuestos, que pueden alejar la inversión extranjera. "Si el Ibex 35 va a tener un cierto repunte va a venir de las energéticas, porque los bancos, con las bajadas de tipos, probablemente no tengan ese impulso" de 2023.
En cuanto a la crisis del mar Rojo, que está poniendo de nuevo 'en jaque' las cadenas de suministro, Maté ha afirmado que la situación actual "no se visualiza" como la ocurrida tras la pandemia de Covid-19 que generó cuellos de botella y, por tanto, problemas de oferta de las mercancías.
"Ya se está produciendo el desvío de muchos barcos dando la vuelta a toda África. Esto encarece y alarga los plazos. ¿Cuánto puede durar? No sabemos", ha expresado el consejero delegado de Tressis. Sin embargo, ha explicado que en el precio del petróleo, indicador de tensiones económicas, está pesando "muchísimo más" la debilidad de la demanda que la situación en el mar Rojo.