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FALTAN SERVICIOS CUANDO ACABA EL VERANO

La vida en La Manga tras el verano: entre la tranquilidad y un "sentimiento de abandono"

5/09/2021 - 

LA MANGA. Con el final del verano las localidades costeras vuelven a su paz habitual. El residente ocasional, o el turista habitual, vuelven a su ciudad de residencia y el habitante vuelve a respirar esa paz por la que prefirió en su momento elegir un lugar alejado de la ciudad, con más oferta de ocio pero a la vez más caótica, más gente, más ruido. Menos tranquilidad. La Manga no es ajena a este cambio que experimenta su población, sensiblemente menor a la que en verano por momentos colapsa la zona. Ahora, con el regreso de la actividad a los colegios, uno encuentra con facilidad aparcamiento, tiene sitio sin problema en los restaurantes hace apenas dos semanas llenos a cualquier hora y en la playa vuelve a sonar únicamente el rumor del oleaje.

Sucede que esto tiene su lado bueno, pero también su reverso. “Ahora es un cambio radical. Todo se queda muy tranquilo. Con la pandemia hay gente que ha preferido venir. Todo es muy apacible. Sin embargo, tenemos problemas de comunicaciones como por ejemplo ir a Murcia, que solo hay un servicio por rutas”, señala Pedro Sánchez, de la Asociación de Vecinos de Veneziola. Y es que la búsqueda de tranquilidad que encuentran en La Manga durante gran parte del año tiene su contraprestación. “Buscamos una tranquilidad, con el teletrabajo mucha gente ha buscado venir a vivir aquí. Pero, por el contrario, nos sentimos un abandonados en este paraíso. Nos faltan infraestructuras. Venimos reclamando que terminen de construir el final del paseo marítimo… El transporte por la noche es insuficiente, en muchas zonas hay poca iluminación, lo que supone un foco de accidente. Necesitamos más mejoras de las que tenemos ahora”, afirma Sánchez.

En la misma línea se pronuncia Gimena Bertachini, presidenta de Asociación Vecinal de Cultura, Deportes y Ocio de La Manga. “Todo se queda muy tranquilo cuando acaba el verano. Intentamos que no se note tanto, pero en invierno cuesta mantener actividades en la zona”, afirma Bertachini. “Ahí es donde pedimos ayuda. Para que la zona tenga algo más de vida durante el año. Que el cambio no sea tan brusco. Porque muchos hoteles, restaurantes, negocios cierran porque no viene gente. Y no viene gente porque hay pocas cosas abiertas. Es la pescadilla que se muerde la cola”, señala la presidenta, que apunta como Sánchez a la necesidad de reforzar las comunicaciones. “Los autobuses se reducen mucho. Uno cada 45 minutos, y además el servicio acaba muy pronto. Echamos de menos más transporte público. El año pasado, con la covid, se redujo mucho. Es una lucha constante”, afirma.

Los vecinos de La Manga siguen sin entender como todas esas promesas de desestacionalizar el turismo de La Manga se quedan en palabras vacías. “No entiendo como no se puede hacer más. Hasta ahora, todo se ha quedado en palabras”, señala Bertachini. “Por estas fechas suelen ser las fiestas de La Manga pero no refuerzan el servicio de autobuses con lo cual, si quieres tomarte varias cervezas no puedes conducir. Y si no puedes conducir, no tienes como volver a casa”, expone Sánchez como ejemplo de la necesidad de más servicios. “El problema del ambulatorio, y lo insuficiente que es tener solo uno para la zona es también recurrente”, añade. “Ahora viene el Imserso, pero generan poco gasto. Necesitaríamos más de lo que se ha hecho hasta ahora”. La Manga recupera la paz del paraíso buscado, pero también su sensación de abandono respecto a Cartagena o San Javier, los dos municipios que siguen sin saber como encajar estas localidades más allá del verano.

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