CARTAGENA. Hace tan solo unos días, un grupo de usuarios de la línea Cartagena-Murcia de autobuses denunciaba el funcionamiento de la misma, con continuos retrasos, averías prolongadas, conducciones temerarias o un servicio paupérrimo de adquisición online de billetes. Pues bien, si mal está el servicio de autobús, no se puede calificar de mejor la estación de autobuses que acoge a los usuarios y a los autocares. Suciedad, falta de iluminación, accesos deficientes y abandono ofrecen una estampa única, pero que no deja de ser reincidente en esta instalación de titularidad municipal.
De estas deficiencias se ha hecho eco el Partido Socialista, que hoy llevará al Pleno municipal una moción en la que se pida que se acometan "de forma inmediata y urgente las obras de remodelación y modernización necesarias en la Estación de Autobuses de Cartagena". Recuerdan que la estación es de titularidad municipal desde hace más de tres años, "durante los cuáles no se ha hecho ni una mínima inversión para mejorar sus instalaciones".
Denuncian desde la formación socialista que a las dificultades de accesibilidad que tiene, "tenemos que sumarle problemas de mantenimiento, seguridad, iluminación y limpieza", entre otros, "que convierten a esta estación en una estación de principios del siglo XX".
Este espacio es un "auténtico laberinto" para los usuarios, que se ven obligados a subir un piso para entrar y después a volver a bajar ese mismo piso para llegar a los andenes, "todo ello sin señalización adecuada y con escaleras elevadas y con gran pendiente".
Los ascensores, siguen desde el PSOE "no están a la vista y tampoco funcionan siempre, lo que hace que la accesibilidad de la estación sea más que cuestionable". De hecho la rampa mecánica para subir a la primera planta de la estación desde la calle tampoco funciona de forma habitual.
A esto se suman los locales cerrados y abandonados, la falta de iluminación adecuada, la escasa señalización y el mal estado generalizado de todas las infraestructuras. Las zonas comunes, los baños, el suelo y, en general, las instalaciones, "ofrecen un estado lamentable y también complican la labor de los trabajadores y trabajadoras".