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el gato en la talega / OPINIÓN

La revuelta de las campanadas

21/12/2024 - 

Decía Charles Chaplin que un día sin reír era, y es, un día perdido. Lo de reírse es una de esas cosas que, por estar a mano, a veces no se valoran lo suficiente. También es verdad que con el panorama que transmiten los medios de comunicación, en el que las malas y desagradables noticias venden más, venimos riendo por no llorar. Tampoco es que deba ser una cuestión de algarabía permanente en el plano kármico. Resulta que la risa verdadera no es nada de eso, sino que hay un conjunto de factores que desarrollan la tendencia personal e intransferible a considerar algo como cómico. Sí es cierto que existen unas claves casi comunes a la hora de reírse, pero la mayoría de carcajadas auténticas suelen darse cuando conecta la situación con la más subjetiva tendencia de que algo te parezca gracioso.

Dicho esto, es que no soporto los chistes, ni las personas erigidas en narradoras especializadas de los mismos. Esas carcajadas obligadas, ese momento preparado por el que te vas a tener que reír sí o sí y el silencio circundante impuesto que lo acompaña, me resulta la antítesis de lo risible. Doy gracias por no haber tenido que escuchar nunca las risas enlatadas de algunos programas y series. ¿Qué resulta más gracioso que una de las denominadas "caídas"? Esas expresiones consecuentes de situaciones conocidas o imprevisibles que, dentro de un contexto y con ironía bien manejada, hacen clic y producen una carcajada espontánea. Justo lo contrario que los momentos cuenta chistes.

"Las reacciones ante esta apuesta de TVE por modernizar y revitalizar la programación contando con dos personas de perfil irreverente y humorístico es una de las cosas que me ha hecho reír y sonreír"

Y entonces se me ocurre pensar en la cierta movida que ha originado la elección de quienes darán las campanadas en la primera cadena de la televisión pública. Las reacciones ante esta apuesta de TVE por modernizar y revitalizar la programación contando con dos personas de perfil irreverente y humorístico es una de las cosas que me ha hecho reír y sonreír. La resistencia al cambio evolutivo es casi siempre reveladora. Partíamos de una base femenina como la que tuvimos el año pasado, con Ana Mena en la cadena estatal, para hacer frente a Antena3 con Cristina Pedroche y el consabido vestido estrambótico. Poca gracia tenía ese escenario, al menos para las mujeres heterosexuales, teniendo en cuenta que estas dos referentes (para algunos y algunas) siguen el patrón de imagen perfecta según los cánones consagrados y parecen orgullosas de ello. Es comprensible, ya que es mucha inversión de esfuerzo y dinero para mantener el tipo, pero la verdad verdadera es que no resulta entretenida ni innovadora.

En ese estado de atontamiento estábamos, cuando llegó La Revuelta a revolver y provocó un giro de los acontecimientos (dramático, para algunos). El formato fresco, participativo y directo ha conectado con el público. Y en la tele pública han sabido verlo. El caso es que la presencia de LalaChus en las campanadas de La1 es una buena noticia que añade tintes de diversión. Y lo mejor de todo es que cambia también el componente masculino de la pareja de las uvas, poniendo a David Broncano. Al fin un hombre acorde con los tiempos, que prima los diálogos sobre la imagen, que hace de que los adjetivos "normal" y "natural" puedan ser considerados un elogio. La verdad es que es una decisión inteligente si queremos que los y las jóvenes sigan la tradición y la vayan pasando a sus descendientes con alegría. Que se tomen las uvas y estén pendientes de hacerlo con humor, sintiendo que forman parte.   

La pareja va que ni pintada si rememoramos el origen español, y madrileño, de tomarnos las doce uvas cada Nochevieja. Un hecho que comenzó como una especie de protesta con tintes satíricos allá por el año 1880, a modo de expresión del pueblo de Madrid y se hizo extensiva al resto del país. Precisamente algo que se inició con la comicidad más irónica. A pesar de perder esta vis cómica en aras a la seriedad del hombre y el florero de la mujer, la tradición tan española ha sobrevivido todos estos años, y este parece que va a romper el maleficio ante lo casposo y lo retrógrado para volver a lo genuino pero adaptado a los tiempos.  

"El humor tiene la capacidad de transformar lo ordinario en extraordinario" 

En plan humor negro y a colación de las fiestas que se nos vienen encima, leí hace unos días que hay una gran demanda de Ozempic con el fin de llegar a los banquetes navideños lo más delgados posible con el mínimo esfuerzo. Quizá para comer presas de un ataque bulímico o para ponerse un modelo tres tallas menor. Resulta que convivimos sin ser conscientes con gente que sufre un mes antes de las fiestas poniéndose a dieta previendo un par de cenas y comidas o tener que ponerse una vestimenta para lucir en contexto competitivo. Aspirantes a tragicómicos. ¿No es increíble que antes del puente de diciembre ya estén sufriendo? ¿Y para qué? Las respuestas son variopintas y todas ellas, de humor absurdo.

A caballo entre la comicidad y la preocupación solo hay que pasearse por alguna de las redes sociales en vigor para darse cuenta de que los filtros de las diversas aplicaciones son la nueva arma de destrucción masiva de la salud mental. Es imposible mirar la pantalla de un móvil teniendo abierta cualesquiera de las RRSS existentes sin encontrar a la primera una imagen re-filtrada. De la misma manera que los bulos dañan y serán punibles, el bulo de la imagen con filtros es de dimensiones estratosféricas ya que intenta vender una persona que no existe. Como si se tratase de una parodia, llega el momento en la cola del supermercado, en el bar de copas, la playa, el gimnasio o el aeropuerto, en el que te encuentras con la persona en cuestión y, mientras sonríes, inevitablemente estarás pensando: pero, ¿no se da cuenta del desfase?  

El humor tiene la capacidad de transformar lo ordinario en extraordinario en un mundo que, a menudo, se siente pesado. Y como el paso del tiempo no es opcional, sino inevitable, estaría bien no añadir más estrés al estrés. Podríamos comenzar con la primera risa del día en primicia al enfrentarnos al espejo con una mueca graciosa para tapar una nueva arruga. Y en el bolsillo, ya sea física o mentalmente, llevar junto a las llaves nuestra nariz de payaso.  

El humor inteligente a la hora de observar e interpretar las situaciones diarias tiene la capacidad de sacudirnos emocionalmente. No es risa fácil lo trivial, es risa muy lúcida toda comedia de observación cotidiana. Bienvenidos, Broncano y LalaChus, junto a los relojeros del mágico reloj de la Puerta del Sol. Modernidad y tradición entre sonrisas.

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