MURCIA. Las exportaciones hortofrutícolas de la Región de Murcia en 2023 ascendieron a 2.162.979 toneladas, lo que supuso 134.314 toneladas menos (-5,9%) con respecto a 2022, según datos de Aduanas procesados por la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región de Murcia (PROEXPORT).
En cuanto a valor, las exportaciones de frutas y hortalizas alcanzaron los 3.085 millones de euros, un 5,5% más con respecto a 2022, al recoger los precios medios en origen parte de los incrementos de costes de producción y de comercialización y el impacto de la reducción en la producción.
Se trata de una dinámica muy similar a la del conjunto de España, donde la exportación de frutas y hortalizas también retrocedió un 6% en volumen, aunque creció en valor hasta los 16.855 millones de euros.
Por países, el mercado europeo es el principal destino de las exportaciones hortofrutícolas murcianas. Alemania recibe el 31% de total exportado, con 663.792 toneladas en 2023, le sigue Francia con un 16% y 347.254 toneladas, y a continuación Reino Unido, con 277.136 toneladas y el 13% de los envíos de frutas y hortalizas murcianos. Aunque nuestras producciones llegan a 97 países del mundo, los 10 primeros concentran el 90% del volumen de exportación.
Proexport ha alertado de que, si bien la Región de Murcia (19% del total nacional) se mantiene como una de las tres principales comunidades autónomas exportadoras, sólo por detrás de Andalucía y Comunidad Valenciana, se reduce sensiblemente su volumen exportado en los últimos 5 años. Así, según sus cifras, desde 2019 a 2023 la exportación hortofrutícola regional ha pasado de 2.610.862 de toneladas a los actuales 2.162.979, es decir, un 17,2% menos de envíos al exterior, evolución similar al conjunto nacional. En la Región el descenso en ese periodo ha sido mucho más acusado en el caso de las frutas (-27,7%), incluido cítricos, que en hortalizas (-7%).
En cuanto a las causas de esta evolución, desde Proexport señalan como primer factor a las graves incidencias climatológicas sufridas en distintos momentos de las dos últimas campañas, que altearon los ciclos de producción. Y apuntan a continuación a los efectos indeseados de las estrictas medidas agronómicas, fitosanitarias y medioambientales que la hiper-regulación autonómica, nacional y europea impone al sector agrario. Entre esos efectos citan el incremento de costes de producción, las reducciones de productividad en campo e inevitablemente la pérdida de competitividad frente a países terceros. Indica Proexport que,
por el contrario, en esos últimos 5 años las importaciones de España de frutas y hortalizas han crecido un 28% en volumen y un 51% en valor.
Mariano Zapata, presidente de Proexport, ha señalado que "la Región de Murcia y España sufre un desgaste de músculo exportador que podemos recuperar si se toman medidas apoyo al sector que no sean estéticas, sino que den respuesta a la realidad agraria de este gran país". Y propone entre otras las siguientes: “Hay que abordar ya una simplificación normativa en Europa y España, bonificar las cotizaciones sociales del sector agrario, abrir nuevos mercados de exportación, apoyar claramente la preferencia comunitaria y distribuir el agua para regadío en España con verdadero sentido de Estado".
La falta de coherencia entre la política agraria y la política comercial, que está llevando a los productores comunitarios a situaciones de desventaja competitiva frente a países terceros, ha sido, precisamente, uno de los principales reclamos durante las protestas agrarias que han tenido lugar en los últimos meses en España, Holanda, Alemania o Francia.