Hace unos días el relator de la ONU, Philip Aston, presentaba su informe en el que se constataba, una vez más, lo que desde distintos ámbitos de la sociedad se viene denunciando desde hace tiempo. En palabras del relator, “España le está fallando por completo a buena parte de su sociedad, aquella que vive en la pobreza, cuya situación ahora se encuentra entre las peores de la Unión Europea” y en lo que tiene que ver con nuestra Región de Murcia, esa situación es bien conocida por la cantidad de personas que sufren cada día ese abandono de las instituciones, la indiferencia de los responsables políticos que se niegan a mirar a la cara los problemas que ellos mismos han creado. En nuestra región desde 1995 gobierna el PP y con sus políticas ha conseguido situar a Murcia a la cola de los indicadores sociales del país.
En estos días se está debatiendo los presupuestos de la CARM, sin duda el elemento central de la política regional; pero también el que más lejano le puede resultar a la mayoría de la gente de a pie, quizá por los nulos esfuerzos de la administración en hacer pedagogía o implementar procesos participativos reales. Los presupuestos se conciben desde el mismo gobierno como un mero trámite, en este año además hemos asistido al circo de Vox que, con su 'pin' ha levantado una perfecta cortina de humo para esconder el poco 'pan' que traen las cuentas de las arcas públicas. Y mientras la extrema derecha le marca el paso al gobierno de coalición PP-C´s, los problemas de los murcianos y murcianas siguen sin ser resueltos. En las distintas comparecencias de los consejeros podemos comprobar nuevamente que los grandes anuncios solo tienen como objetivo lograr un buen titular en prensa, es decir continuar con la política anuncio, pero poca utilidad para la población. Como muestra de lo anterior, la comparecencia de la consejera de Turismo, Juventud y Deportes anunciaba que destinarán 3,2 millones de euros a vender la 'marca Mar Menor'. Al leer esto cabría preguntarse si lo que necesita la laguna para salvarse es una buena campaña de marketing, al parecer los gestores del actual gobierno consideran que sí.
En la línea de no mirar de frente a los problemas de los murcianos y murcianas, comprobamos que las políticas de juventud vuelven a ser las grandes olvidadas en estos presupuestos; en una Región con una tasa de población infantil en riesgo de pobreza del 38,9%, con un paro juvenil altísimo, con sueldos y trabajadores precarios que lastran la posibilidad de construir cualquier proyecto vital digno, nos niegan la posibilidad de emanciparnos y nos abren la puerta a marcharnos en busca de las oportunidades que el gobierno de López Miras nos niega. Sin olvidar las elevadas tasas de abandono escolar, la ludopatía como problema de salud pública. Todo esto sin atender mientras proliferan las casas de apuestas en los barrios más pobres, allí donde no hay ninguna oferta de ocio alternativa a esta lacra social.
Las cuentas, aunque resulten áridas y lejanas, son el reflejo de las prioridades de un gobierno, en nuestro caso, vemos como mientras López Miras presume de ser el presidente más joven de la CARM, él y su gobierno se olvidan de los jóvenes.
Afortunadamente la juventud es combativa e inconformista, y dentro de poco veremos regresar el Consejo de la Juventud de Murcia, años después de su desaparición como consecuencia de la aprobación de la Ley de Juventud de la Región de Murcia. Recuperar un órgano que defienda las necesidades de las y los jóvenes de la Región se ha convertido en un imperativo. Retomando las palabras del relator de la ONU, la Región de Murcia le está fallando a sus jóvenes. Ya es hora de cambiar las cosas.
Margarita Guerrero Calderón es graduada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública, militante de las causas justas.