Las empresas están invirtiendo miles de euros en seguridad e higiene para proceder a la reincorporación de sus plantillas. Adquieren costosos arcos desinfectantes de ropa y zapatos por aerosoles, dispensadores de geles, mascarillas y epi’s.
Pero, ¿Qué están haciendo para prevenir los nuevos factores de riesgos psicosociales, derivados de la era Covid-19? ¿Son conscientes de las mermas que supondrán en cuanto a productividad laboral?
El estrés laboral será el principal problema en las empresas, en la era Post-Covid, Post-ERTE.
Según el Massachusetts Institute of Technology (MIT), hay una nueva pandemia al acecho y será psicosocial. Los efectos del confinamiento, como del contagio, y las secuelas que dejará el Covid -19 bien en las personas que lo han padecido, o bien en las que simplemente se han visto confinadas, serán muchos. Sin hablar de aquellos asociados a los que perdieron seres queridos sin elaborar el luto, o que tuvieron que trabajar bajo altos niveles de estrés y asumir procedimientos contra su propia preferencia personal.
Todo esto supondrá muchos problemas de convivencia social en la empresa: el miedo a nuevos brotes, el exceso casi obsesivo de algunos en ciertas medidas, junto al posible descuido de otros que tal vez sean más aproximativos en su proceder, serán fuente de conflictos que condicionarán la convivencia entre personas. Unos verán a otros cómo obsesivos y lentos; y éstos últimos les verán como descuidados e irresponsables. Posiblemente nadie tendrá razón. Pero bloquearán o limitarán la productividad de muchas empresas.
También habrá cambios en procedimientos nuevos a los que adaptarse. Exceso de esfuerzo y atención para seguirlas, así como su consecuente carga sensorial y cognitiva. Habrá decisiones dudosas, improvisaciones y consecuentes críticas a ellas, así como disconformidades.
Los managers tendrán que navegar entre dos mareas: dos colectivos en muchas ocasiones enfrentados. Además, las prisas por volver a elevar las cifras de negocio para reflotar la empresa, y el miedo a próximos brotes, no acompañarán.
Sin hablar de la eventual psicosis en el momento de los primeros resfriados otoñales: algunas empresas pueden ver departamentos enteros desaparecer de un día a otro, por miedo al contagio. Habrá gente que no querrá ir a trabajar de un día a otro por miedo, y otra que querrá ir pero no se le dejará…
Personas que siempre se llevaron bien, pueden dejar de hacerlo. Y personas que siempre se llevaron mal, incrementarán su conflicto.
Es importante que las empresas se preparen a ello. Lo conveniente es poner en marcha dispositivos que impliquen a toda la plantilla. Toda significa toda: es una cuestión de salud social interna y no es diferente del tener todos que usar la mascarilla. No es cuestión ni momento de escuchar frases tipo «yo no lo necesito». Nos es cuestión de necesitarlo o no. Es cuestión de contribuir todos a construir un ambiente de trabajo saludable y libre de conflictos y malestar. Todos han de participar y contribuir. Primero para evitar que se señalen y estigmaticen aquellos que necesitan ese apoyo. Y segundo porque los que se sienten bien y puedan opinar que no necesitan ayuda, tendrán la responsabilidad ética y moral de ayudar a los que tienen más dificultades.
Tratar estos aspectos desde el departamento de Recursos Humanos, será una opción. La otra podría ser contratar servicios de Psicología del Trabajo. Y la gran recomendación: NO es momento de ‘Coaches’ y ‘Gurues Motivacionales’. Más bien es momento de asumir el dolor y elaborarlo.
Recoser y reconstruir será más importante que potenciar: para hacer un símil, no hacen el mismo trabajo un cirujano de reconstrucción, que un cirujano estético. Ahora es momento de reconstrucción, no de estética.
En este post, como en el vídeo y canal de youtube asociado, ofreceremos claves Psicológicas para que Empresas y Managers gestionen mejor estos aspectos.
Roberto Crobu es psicólogo