Estamos en un tiempo de angustia e inseguridad, de intranquilidad y preocupación, pero también de esperanza y confianza en los que tienen la responsabilidad de gobernar el país y la Región, porque a ellos les incumbe la obligación de buscar y encontrar soluciones a este huracán, que esta cambiando el mundo, que es el coronavirus.
Es tiempo de respetar y cumplir las indicaciones del Gobierno, de estar y trabajar en lo posible desde casa, es tiempo de reconocer y agradecer de todo corazón a los que día a día se juegan la vida por nosotros: médicos y enfermeros, policías y ejercito, a la vez que a todos aquellos que hacen posible que lleguen hasta nosotros los alimentos, las medicinas, y todo lo necesario para garantizar la vida.
Pero también es tiempo de reflexión sobre que podemos y deberíamos hacer cuando pase esta situación, de cómo contribuir a reducir las diferencias entre unos y otros, a la vez que para reafirmar y garantizar el Estado del Bienestar, y hacer de la solidaridad nuestra principal bandera. Como podemos juntos afrontar los cambios que precisa la Región para dejar de estar por debajo de la media nacional en cualquiera de los ratios socioeconómicos: renta per capita, pensiones, infraestructuras.., y -como decía el presidente Suárez, de elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal-.
Han pasado casi doscientos años desde que en 1833 Javier de Burgos realizara la actual división territorial con 49 provincias, (manteniendo a la vez los antiguos reinos o regiones, así la región de Murcia contaba de dos provincias Albacete y Murcia, situación que se modifica con el Estado de las Autonomías, y Albacete pasa a Castilla-La Mancha, y Murcia queda como región uniprovincial). En 1927, casi cien años después, se creaba la provincia de Las Palmas y se conformaban las 50 provincias actuales.
Pero antes, el 25 de septiembre de 1799 se promulgaba el Real Decreto por el que se creaban las provincias marítimas: Cartagena, Alicante, Oviedo, Santander, Cádiz y Málaga, todas ellas continuaron como provincias en la división de Javier de Burgos de 1833, excepto Cartagena que dejaba de ser provincia, ahora doscientos años después convendría al interés general de la Región recuperar a Cartagena como provincia, dada su realidad y su historia.
Cartagena cuenta con uno de los polos energéticos mas importantes de España, y su estratégica situación en el Mediterráneo la conformará, con la realización del nuevo puerto del Gorguel, en una de la zonas portuario-logísticas mas importantes del mediterráneo español. En el libro ‘La Región de Murcia una realidad inconclusa’ se analiza en profundidad la evolución de la región en las últimas décadas, de sus fortalezas y debilidades y de su capacidad y potencialidad de desarrollo en el Arco Mediterráneo. Convendría al interés general de la Región recuperar este hecho histórico y nuestra realidad territorial y socioeconómica, y dejar de ser una región uniprovincial.
Cartagena como provincia superaría en población a provincias como Salamanca, Lugo, Álava, La Rioja, Orense, Guadalajara, Huesca, Cuenca, Zamora, Ávila, Segovia, Teruel y Soria. A la vez que aprovechar para resolver el problema de depender de dos municipios, uno de los espacios singulares mas importantes de la Región, con una sola entrada y salida, La Manga, conformándola en una única unidad político-administrativa.
La Región de Murcia tiene una población en torno al millón y medio de habitantes, el 3,17% del total nacional, y supera en población a prácticamente la mitad de las comunidades autónomas: Aragón, Baleares, Extremadura, Asturias, Navarra, Cantabria, La Rioja y las ciudades de Ceuta y Melilla. Convendría al interés general de la Región afrontar la reforma territorial y recuperar como provincia a Cartagena conforme a la división de 1799, conformar a la Región de Murcia con dos provincias y dos diputaciones y dejar de ser región uniprovincial.
Ángel Martínez, empresario, fue presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de la Región de Murcia