BRUSELAS. Las sanciones de la Unión Europea (UE) a Rusia por la guerra de Ucrania llegar a impactar en el precio del arroz, ante la prohibición de importación de fosfatos y potasa, fertilizantes que se usan en éste y otros productos de la agricultura valenciana. El cultivo del arroz, en concreto, utiliza este mineral escaso a nivel mundial y que la Unión Europea importa de terceros países. La producción de arroz, principalmente en la Albufera y zonas limítrofes, supone casi un 20% de su cultivo en España.
El fosfato y la potasa son nutrientes clave para garantizar buenos rendimientos de cultivos herbáceos de alta calidad. Las exportaciones de potasa de Rusia y Bielorrusia representan el 40% del comercio mundial. La UE deberá reemplazar la cuota de importación de ambos países, respectivamente el 60 % de potasa y el 35 % de fosfatos, por otros exportadores, según la propuesta de la Comisión aprobada recientemente por el Consejo de Agricultura de la UE celebrado en Bruselas.
Existe una gran dependencia de estas importaciones, ya que la mayoría de las reservas se encuentran en Rusia, China, Marruecos y Bielorrusia. En concreto, en Marruecos, las minas de fosfatos se encuentran en el Sahara Occidental, cedidas por España en 1975 tras el abandono de este territorio. La Comisión propone supervisar “atentamente la situación para anticipar posibles escaseces y tomar, si es necesario, medidas correctivas temporales para facilitar dicho abastecimiento”.
La propuesta de la Comisión sobre seguridad alimentaria y garantía de la cadena de suministros, muestra su apoyo a las prácticas agroecológicas, “reduciendo la dependencia de insumos químicos y asegurando una seguridad alimentaria duradera”. Ademas, se revisarán los acuerdos de libre comercio ya vigentes que puedan facilitar el abastecimiento de fosfatos y potasa desde otros países.
El fosfato es un mineral escaso que además no se puede sintetizar en el laboratorio, es decir, no se puede producir de manera artificial. Hay que extraerlo de las rocas fosfóricas mediante procesos mineros. Los fosfatos son esenciales para producir los fertilizantes de los cultivos. No obstante, también supone un problema por la contaminación de los acuíferos o de las aguas subterráneas, como es el caso de la Albufera de Valencia. El exceso de este mineral, perjudicial para el consumo humanos, implica la necesidad de un tratamiento especial del agua potable.
El renacimiento de la controversia sobre el Sahara Occidental puede afectar a las importaciones del fosfato. A día de hoy Marruecos explota la extracción de este mineral en todo este territorio, además de sus bancos pesqueros.
España reconoció tácitamente hace una semana la autoridad de Marruecos sobre el Sahara Occidental en una carta dirigida por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, al rey de Marruecos. La misiva, que refiere un inicio de conversaciones, ha reabierto heridas al no contar con la parte afectada, el Frente Polisario, ni con la solución a probada por Naciones Unidas, de realizar un referéndum.