La primera generación pasa el testigo: 3.500 empresas familiares viven un proceso de sucesión

MURCIA. Uno de los mayores retos de la empresa familiar es acometer la sucesión de los puestos directivos. Una generación pasa el testigo a la siguiente, que coge las riendas para mantener -y mejorar- el negocio sin perder la esencia. Por tanto, este proceso clave para el futuro de la compañía debe afrontarse con la importancia que merece, como están haciendo en estos momentos el 22% de las empresas familiares de la Región. 

Así lo expresa el barómetro elaborado anualmente por la Cátedra de la Empresa Familiar Mare Nostrum, dentro del apartado de Gobierno Corporativo. En él se especifica que la primera generación es la que más apuesta en estos momentos por la transmisión de la sociedad, pues se está impulsando este proceso en el 42% de los casos.

De acuerdo con los cálculos de Ángel Meroño, coordinador del estudio y director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum UM-UPCT, esto supondría que unas 3.500 compañías de la Región se encuentran en estos momentos preparando la sucesión.

En cualquier caso, el porcentaje disminuye significativamente en la segunda generación hasta el 14% del total, mientras que de la tercera en adelante la cifra crece hasta el 18%. En el conjunto, el 22% de las empresas familiares de la Región están planeando este proceso, mientras que el 63% pretende mantener la empresa, el 12% busca venderla y el 3% quiere cerrarla.

Preocupación por la escasez de personal

Por otro lado, este estudio sitúa a la escasez de personal como el principal factor que ha limitado la actividad profesional durante el 2022 con presencia en el 46% de los casos, lo que supone una subida de 4 puntos respecto a 2021. La debilidad de la demanda (43%) con un descenso de 3 puntos se sitúa en segundo lugar. A continuación, aparece la presión competitiva (36%) y los aspectos legales (30%).

Asimismo, otro cambio importante reside en el interés por la profesionalización del órgano de gobierno de la sociedad como herramienta para capear la situación económica actual. Esto se traduce en que el 48% de las empresas familiares cuentan ya con un consejo de administración, y "la tendencia de incorporar directivos externos se está manteniendo", incide Meroño.

En cualquier caso, los objetivos empresariales continúan siendo más importantes que los familiares, aunque en 2022 experimentan un leve descenso. La reputación empresarial ocupa el primer lugar (8 sobre 10), y este año pasa a ocupar el segundo lugar la supervivencia (7,3 sobre 10), le sigue la independencia financiera (7,1). El principal objetivo familiar es conseguir la implicación de la familia propietaria (7,9 sobre 10); también destaca el interés por mantener el control familiar de la empresa (6,9 sobre 10).

Este estudio se realiza anualmente por la Cátedra de la Empresa Familiar Mare Nostrum UM-UPCT en colaboración Amefmur y con el apoyo de CaixaBank y la Fundación Cajamurcia. En este caso, se ha analizado durante el mes de octubre una muestra de 126 compañías.

Estos datos han sido presentados por la rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena, Beatriz Miguel Hernández; la vicerrectora de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Murcia, Alicia Rubio; por la consejera de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía, Valle Miguélez; la directora territorial CaixaBank de la Región de Murcia, Olga García; y por el coordinador del estudio y director de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum UM-UPCT, Ángel Meroño.