Cuando ya sobrepasamos los dos meses desde que nuestro gobierno de coalición “se dio por enterado” de que la pandemia no era ninguna broma y empezó a tomar medidas, al recurrir al Ejército se puso en marcha la llamada 'Operación Balmis'.
Voy a intentar en este artículo rendir un sincero y merecido homenaje a nuestra Sanidad Militar, compañeros médicos, enfermeros y farmacéuticos -genérico- que están participando activamente tanto en sus destinos como también a los que estaban en la situación de Reserva y fueron movilizados, ofreciéndose en bloque ante la requisitoria del Ministerio de Defensa, para intervenir activamente allá donde han hecho falta y sus mandos les ordenaron.
Y como no podía ser de otra manera, hacer extensivo este homenaje a los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y a los miles de militares del Ejército de Tierra, del Ejército del Aire, de la Armada y también de los Cuerpos policiales y Guardia Civil que, desplegados en todo el territorio nacional han contribuido con su trabajo a las diversas y a veces a las más inusuales misiones requeridas, ofreciendo largas y extenuantes jornadas de trabajo, poniendo en riesgo de su salud (14.000 contagios ) e incluso poniendo en riesgo sus vidas (trece muertos, en la actualidad).
Sorprendentemente, recordarán que estos colectivos no fueron incluidos en el ‘grupo de personal de riesgo’ por el Ministerio de Sanidad. ¡Inexplicable! ¿No?
¡Tampoco hemos visto 'estas cifras' de contagiados y fallecidos 'en acto de servicio’ en ningún informativo ni en los telediarios!
Tengo que reconocer que, la primera vez que escuché el nombre que el ejército le había otorgado a la operación mediante la que iban a actuar contra la pandemia, me extrañó un poco y tuve que refrescar mis conocimientos de la Historia de la Medicina Castrense.
Resulta que allá por los albores del S. XIX y concretamente en el año 1803, un médico militar español, alicantino para más señas, llamado Francisco Javier de Balmis y Berenguer (1753-1819) a la sazón cirujano honorario de la corte del rey Carlos IV, iba a escribir una gloriosa página en la historia de la Medicina Militar encabezando ‘la primera expedición de la era moderna’ conocida como ‘Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de la Viruela’ entre los años 1803 y 1814.
Con la excelsa misión de llevar la vacuna antivariólica a todas las posesiones españolas de Ultramar, partió de La Coruña con cuatro facultativos, seis enfermeros y 22 niños de un orfanato. Los pequeños ‘eran la propia vacuna’ y por ello fueron denominados ‘niños vacuníferos' (realizando la inmunización brazo a brazo: los sanos eran inoculados por escarificación con el suero de los enfermos y así pasaban la enfermedad atenuada siendo aislados durante el periodo álgido).
Tras hacer una primera escala en Canarias, vacunando a miles de niños, continuaron la travesía hacia Latinoamérica para finalizar el periplo en Filipinas y China.
Hay que tener en cuenta que la viruela había causado millones de muertos en la epidemia del S. XVIII de ahí la gran importancia de la vacunación masiva que llevó a cabo el doctor Balmis.
Justo es reconocer que la vacuna de la viruela ya había sido descubierta en 1798 por un médico rural inglés llamado Edward Jenner.
Y para finalizar esta pincelada histórica de recuerdo a la Sanidad Castrense (hoy Cuerpo Militar de Sanidad) recordar cómo y cuándo surgieron los Hospitales de Campaña tan nombrados y dados a conocer en estos dos últimos meses y que tan eficazmente han apoyado a la Sanidad Pública...
Tenemos que remontarnos al S. XV y concretamente, al año 1476, durante el Reinado de los Reyes Católicos, para tener constatación de cuando se crean los primeros Hospitales de Campaña.
Fue la Reina Isabel I, durante la batalla de Toro (Zamora) la que ordenó levantar el primer Hospital de Campaña (HC) para atender a los heridos en la retaguardia. A este primer Hospital le dio el nombre de su marido, el Rey Fernando.
Este Hospital de Campaña supuso un hito por el que España se erigió en pionera en el mundo, adelantándose en cien años al resto de la Medicina Castrense de los ejércitos de los demás países.
Quisiera finalizar este artículo, como homenaje a los compañeros médicos y enfermeros (genérico) que en la actualidad prestan su apoyo sanitario en las misiones internacionales de nuestro Ejército y también ahora en la ‘Operación Balmis’, con las primeras estrofas del 'Himno del Cuerpo Militar de Sanidad':
De España eres firme adalid Cuerpo de Sanidad
Porque en la lucha sabes cumplir con tu misión ejemplar
La Patria rinde a tu abnegación su cariño especial
Por tantas vidas que con valor sabes recuperar ...
Dedicaros, por último, todo mi afecto y el reconocimiento a vuestro encomiable trabajo y abnegada vocación tanto en Guerra (misiones internacionales) como en paz (catástrofes naturales y epidemias) que no siempre son reconocidos y valorados.
José Manuel García Albarrán es médico jubilado