DYNÁMICO 365  / OPINIÓN

La nueva realidad (que es como la vieja, pero con una G más)

25/05/2020 - 

A pasos agigantados y contra reloj, todas esas empresas u organizaciones que seguían teniendo gente con un monitor relleno de papelitos descubrieron que ya no podían ir a su oficina. Que la libreta donde llevaban el horario más notas de cada día ya no estaba y no era posible ir a buscarla. Que ese corcho con las notas de hace tres años había pasado de ser la excusa para dar un paseo a la cafetera a ser uno de los errores más graves de la historia; y sobre todo que ese señor con corbata que nos visitó el año pasado hablando de nubes, redes y ‘trastornaciones digitales’ se merecía cien veces más de lo que pedía por subirnos a un tren que no pasará de nuevo hasta el año que viene. No cogiste billete y ahora hay cola.

Es ahora, confinados todos más de dos meses en nuestros domicilios con demasiado tiempo para pensar cuando se ha cumplido más que nunca el cuento de la cigarra y la hormiga. Las cigarras, felices de no digitalizar muchas partes de su trabajo porque las hacía indispensables en sus negocios día a día se han encontrado con un invierno tan frio que ni los más locos profetas podrían haber diagnosticado. Estaba claro que el cambio llegaría, pero ¿tan rápido? Una vez más la realidad supera la ficción.

Las hormigas por otro lado se asociaron, trabajaron en red, asistieron a conferencias, supieron ver más allá de los temarios obsoletos de sus carreras e ignoraron a todos los “listos” que cada día les decían que su esfuerzo no merecía la pena. Que el estudiar acabó con su grado y que su caro máster le abriría mil puertas; que las enseñanzas no formales no dan puntos en oposiciones.

Hace un año escaso Emilio Duró vino a Murcia cual profeta y en la Digital Week comentó lo que tantos antes nos decían y muy pocos quisieron tomar nota. ¿Por qué triunfar para ti es irte al fin del mundo? ¿Por qué ahorrar todo un año para ir a Silicon Valley si allí ahorran durante cinco para venir un mes a Murcia? Son tantos los que no han llegado a tiempo de volver a casa a tiempo para despedir a un ser querido que muchos debiesen plantearse si, para ir todos los días a una oficina, es necesario cambiar de continente. Por supuesto que los que cada año defraudan a todo su entorno, pasados 10 años ya no queda nadie más que defraudar por aquí, así que se vuelve muy necesario irse lejos para tener credibilidad y oportunidades.

Viajar enriquece, por supuesto, pero hay muchas formas de viajar y de trabajar. En un mundo digital en el que puedes hablar con Londres, Madrid y Pekín en la misma mañana… Muchas obligaciones del pasado se han transformado en ocio puro y duro. ¡Yo cierro mis negocios dando la mano! Lo siento, pero más allá del romanticismo como no firmes un acuerdo tendrás problemas y encima ahora lo de dar la mano… Como que no. Ya dicho antes, la mano y la copa ahora son el extra y no la base de un proceso.

Espero y deseo que, entre muchas otras cosas, todo esto sirva para devolver la vida a las zonas despobladas. Mejor que vivir en un piso encerrado toda una infancia a golpe de extraescolares muchos hemos tenido el inmenso placer de crecer en zonas llamadas “rurales” con desprecio. Pues bien, más de un urbanita en estos momentos mata por una terraza o pasear y tener un trozo de tierra está al alcance de todos si somos capaces de tenerlo lejos de un Corte Inglés o un McDonald. De no tener ni una G ahora vamos a tener 5 para ver Netflix en HD en lo alto de Monteagudo.

Y quien piense que lo digital es un lujo de ricos siempre les mandaré a mi peluquero, el que supo poner un simple servicio de citas por Instagram y ahora tiene trabajo (e ingresos) para los próximos 3 meses para 10 horas al día. WhatsApp empresarial, Facebook… Internet ya es un derecho humano declarado por la ONU hace mucho tiempo.

El mundo no va a cambiar, el mundo ya cambió, pero los que compraron un lavavajillas dejaron de tener callos en sus manos mucho antes que tú. Pero estás a tiempo así que lee, analiza, trabaja, coge fuerza, trágate tu orgullo y piensa en el futuro de todos. Tenemos una responsabilidad tanto individual como colectivo.

De esta saldremos trabajando y produciendo, no con lamentos.

Ismael Novo es consultor tecnológico

@ismael_novo