Hoy es 5 de noviembre

MILES DE PERSONAS ACUDEN AL INICIO DE UNA FIESTA DECLARADA DE INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL

La Noche de los Tambores de Mula reta al mal tiempo y a la lluvia

Fotos: MARCIAL GUILLÉN (EFE)/D. SÁNCHEZ/MURCIA PLAZA

26/03/2024 - 

MULA. Mula convierte el cambio de día del Martes Santo al Miércoles Santo en una gran fiesta popular, con su hipnótica Noche de Los Tambores. Una tradición que, gracias a haber conseguido ser declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, ha logrado saltar las fronteras del municipio y de los pueblos colindantes, pera convertirse en un fantástico reclamo en el que todo circula alrededor del tambor, el tamborista y la noche.

Este 2024 no podía ser menos y a pesar del mal tiempo, la amenaza de lluvia y el viento-un declarado enemigo del tamborista-, miles de muleños y muleñas llenaron la plaza del Ayuntamiento, impacientes, nerviosos y emocionados a que la breve fanfarria de metales y percusión -compuesta por Fernando Belijar-, diera paso a las doce campanadas que cambian de día y, por fin, puedan sonar los redobles del característico toque muleño. La Plaza del Ayuntamiento, un mar de túnicas negras, se convierte en el corazón palpitante de la tradición. Mula retó al mal tiempo y se estremeció con el rugido de miles de palillos que golpeaban las pieles del tambor, dirigidos por la sintonía anárquica de sus tamboristas, que gobiernan esa noche las calles del pueblo.

Un escalofrío recorre la piel de los tamboristas, mientras el estruendo se intensifica. Las pánganas se suceden y el tiempo se diluye en un torrente de sonido y movimiento, una danza hipnótica que une a generaciones en un mismo fervor. Los tambores, como voces ancestrales, narran historias familiares, ritos, costumbres, folclore y culto a la historia. El ritmo frenético del tambor impulsa a la marea humana, que se libera sin ataduras. El silencio se diluye con el redoble, solo el rugido omnipresente que marca el paso decenas de tamboristas que caminan al ritmo de su tambor.

La Noche de los Tambores de Mula no es solo una fiesta, es un ritual que conecta a los muleños con su pasado  y con su identidad. Es una experiencia única que transforma las calles en un escenario mágico y llena el alma de una vibrante energía. Y es que vivir una noche así, desde dentro, es una experiencia que marca para siempre.


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