La mujer directiva reivindica su papel: "El liderazgo transformador tiene mucho de femenino"

MURCIA. Ahora que el jefe autoritario forma parte del pasado, las empresas de la Región de Murcia buscan apostar por un tipo de dirección más transformadora. Así, el auténtico líder, aquel que cuenta con una visión a largo plazo y la capacidad de conducir a su equipo a las metas que fije, debe ser "ambidiestro" y aglutinar rasgos tanto femeninos como masculinos. Con esta idea en mente, lo recomendable es que los altos puestos estén ocupados de manera paritaria por hombres y mujeres, puesto que ambos tienen virtudes que aportar, tal y como se concluyó este lunes en una nueva edición de los 'Diálogos Murcia Plaza', Liderazgo transformacional: el papel diferencial de la mujer directiva y su rol como agente de cambio.

La mesa de debate estuvo compuesta por Isabel Martínez, directora de la Cátedra de la Mujer Empresaria y Directiva de la Universidad de Murcia; Isabel Sánchez, de Disfrimur; Lourdes Sastre, de Lorca Marín; Vanesa Martín, de Obramat; Ana Isabel Caballero, de Mástrigo Bio Gourmet; Olga Sabater, de ENAE, Josefa Bernal, de Fripozo; Rocío Belloso, directora de Expansión de la Cátedra Mujer Empresaria y Directiva y Noelia Guilló, gerente de Murcia Plaza. Por su parte, Francisco Valero, director de este medio, fue el encargado de moderar el coloquio.

Las asistentes han formado parte de la primera edición del programa Liderazgo para Directivas de ENAE, en colaboración con la Cátedra de la Mujer Empresaria y Directiva, y a lo largo del diálogo hicieron referencia al mismo.

"Las mujeres que han roto el techo de cristal es porque han asumido características masculinas, y muchos hombres adoptan cualidades femeninas para alcanzar un liderazgo transformacional, que es el que ahora se está promoviendo en las empresas porque es el que resulta verdaderamente inspirador". Con estas palabras arrancó el coloquio Isabel Martínez, directora de la Cátedra de la Mujer Empresaria y Directiva de la Universidad de Murcia, quien remarcó que "liderar es tener la capacidad de seducir al equipo para llevarlo hacia donde quiere".

En este sentido, Olga Sabater, de ENAE, recordó que aún queda mucho por hacer en este aspecto, pero sostuvo que la fusión de ambos liderazgos es el futuro hacia el que va encaminada la sociedad: "Somos diferentes. El liderazgo femenino tiene sus cualidades y el masculino tiene las suyas, y no hay nada de malo en ello".

También Ana Isabel Caballero, de Mástrigo Bio Gourmet, incidía en las diferencias a la hora de gestionar una empresa, pues señaló que "no se trata de dirigir desde arriba para hacer y deshacer sin oposición, sino de nutrir desde dentro".

Aunque no todo está basado en el liderazgo único, pues también los comités de dirección deben nutrirse de las virtudes características de ambos sexos: "Puede haber equipos mixtos que se pueden contrarrestar entre sí porque hay que ser camaleónico. No se trata de la competencia entre el hombre o la mujer sino de la convivencia entre ambos", mantuvo Isabel Sánchez, de Disfrimur.

Así, las mujeres directivas se caracterizan por alentar a la participación y dar más valor a la comunicación, así como por fomentar el trabajo en equipo y ser más creativas a la hora de resolver un conflicto, tal y como expuso Rocío Belloso, directora de Expansión de la Cátedra Mujer Empresaria y Directiva: "Donde se encuentran más cargos de directivas es en recursos humanos, publicidad y calidad porque son áreas donde se puede desarrollar más el trabajo en equipo y la creatividad".

De hecho, también existen diferencias entre el cerebro masculino y femenino, pues este último es un 9% más pequeño pero cuenta con las mismas neuronas, lo que lo vuelve más eficiente. Asimismo, es más emocional y más empático que el del hombre y, dado que tiene menos testosterona, cuenta con menos inteligencia espacial pero también menos agresividad y no piensa tanto en el sexo, explicó Isabel Martínez: "McKinsey identifica nueve claves del liderazgo, en las que las mujeres tienen una mayor predisposición en tres, una ligera ventaja en dos, empatan en otras dos y cuentan con una peor posición en las dos restantes".

En cualquier caso, no solo la predisposición es un factor clave, pues también los avances en la formación juegan un papel muy relevante a la hora de romper barreras para el talento femenino: "No debemos dejar nunca de formarnos porque es lo que nos abre las puertas para todo. Es cuestión de tiempo que la sociedad se equipare de manera natural", valoró Lourdes Sastre, de Lorca Marín.

No obstante, aún existen grandes diferencias en función del tamaño de la empresa pues "en multinacionales es menos complicado que una mujer se postule a un cargo directivo porque hay un porcentaje importante de puestos que están destinados a nosotras", recalcó Vanesa Martín, de Obramat, aunque aclaró que "eso no quiere decir que no tengamos que hacer un esfuerzo extra".

Precisamente ese esfuerzo extra es una valía, pues "parte del éxito de las mujeres en los puestos de dirección es lo que ha costado llegar hasta ahí", apuntó Josefa Bernal, de Fripozo, ya que considera que esa trayectoria representa un mayor compromiso.

Tanto es así que aún hay cabida para llevar este esfuerzo por bandera, tal y como relató Noelia Guilló, gerente de Murcia Plaza: "Yo me siento orgullosa de todo lo que he luchado porque lo veo como una oportunidad. Estas vivencias pueden servir para abrir el camino a las generaciones que vienen detrás".

En consecuencia, "es cuestión de tiempo que, de manera natural, cada vez haya más mujeres entre los CEO de las empresas", dado que la gente joven no está tan limitada como antaño, pues "las mujeres son valiosas y tienen la formación necesaria", subrayó la directora de la Cátedra de la Mujer Empresaria y Directiva.

Por tanto, las mujeres empresarias de hoy en día deben asumir "la responsabilidad de convertirse en referentes para las generaciones que vienen detrás", pues hay que empoderar y seguir dando espacio para los más jóvenes, puntualizó Vanesa Martín, de Obramat.

No en vano, aún quedan techos de cristal -y "alguno de hormigón"- por romper, así como las barreras que cada una se autoimpone, como es el caso del síndrome del impostor, caracterizado por no ser capaz de reconocer los propios méritos: "Yo lo he sufrido mucho el síndrome del impostor porque me pensaba que todo lo que había conseguido había sido por casualidad, como si fuera fruto del azar, y no porque tuviera esa valía personal para poder llevar las cosas a cabo", rememoró Rocío Belloso, directora de Expansión de la Cátedra Mujer Empresaria y Directiva.

También Ana Isabel Caballero, de Mástrigo Bio Gourmet, reconoce haber sentido épocas de mayor desánimo, aunque insistió en su capacidad para seguir hacia delante y resolver los problemas. Una situación similar experimentó Olga Sabater, de ENAE, que experimentó el miedo a reincorporarse al mercado laboral tras haber sido madre: "Yo misma me he autolimitado y luego realmente las cosas no son como te las imaginas". 

Sin embargo, cabe recordar que "en las familias cada vez se comparten más las tareas", y la crianza de los hijos ha dejado de ser una responsabilidad exclusiva de la madre para ser una labor compartida, una mejoría donde destaca la equiparación de los permisos de paternidad: "Ya no se pregunta a las mujeres que con quién has dejado a los niños", incidió Lourdes Sastre, de Lorca Marín.

No obstante, se trata de una batalla que aún no termina de estar ganada, y todavía son frecuentes los casos de mujeres que renuncian a una mejor posición en su trabajo por el cuidado de la casa o los niños: "He promocionado a trabajadoras que luego me han pedido una reducción de jornada porque renuncian a puestos en la empresa para que haya paz en casa", relató Isabel Sánchez, de Disfrimur.

Con el objetivo de seguir implementando mejoras en su empresa, Fripozo ha creado un comité de mujeres donde estas pueden hablar abiertamente de los temas que les incomoda, de forma que pueden resolver los conflictos que surjan allí donde los haya: "A nivel industria es donde más estamos trabajando, y después vamos a abordar oficinas", concluyó Josefa Bernal.