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Exposición fotográfica 'islantillas'

“La monotonía es más interesante de lo que parece”: Manuel Ibáñez muestra su mirada paciente de lo cotidiano

5/12/2019 - 

MURCIA. “Si el fotógrafo es paciente, tiene una mirada afinada y sabe esperar, es capaz de encontrar muchas sensaciones relacionadas con el ser humano que proporcionan momentos de poesía, de ironía o de aburrimiento. Si tienes una mirada pausada y paciencia para fijarte, te das cuenta de que la monotonía es mucho más interesante de lo que parece”, asegura el sevillano Manuel Ibañez, quien muestra una colección de fotografías bajo el título ‘Islantilla’ en el espacio Black Box de la Universidad de Murcia (planta baja del edificio Convalecencia), donde podrá visitarse hasta el 7 de enero (de 9 a 21 horas).

Es la primera vez que muestra su trabajo en Murcia y lo hace gracias a la convocatoria 'Acción Autor' que realiza La Cámara Roja en colaboración con la Universidad de Murcia y en la que fue premiado el trabajo de este fotógrafo. 

  

Esta colección de Manuel Ibáñez es fruto de los periodos en verano que el artista ha pasado durante los últimos cuatro años en Islantilla, una zona de segunda residencia costera cerca de la frontera entre Huelva y Portugal; tiempo durante el cual el fotógrafo ha capturado miles de imágenes de escenas cotidianas “en las que apenas nos fijamos y a las que no damos importancia a no ser que te guste la gente, que te interese la condición humana que transciende de esas escenas”.  

  Y en Islantillas, el artista ha encontrado el lugar propicio para captar esa humanidad de lo cotidiano. En este sentido, Ibáñez explica que él ha vivido en el extremo occidental de este núcleo urbano, donde hileras de pequeñas casas adosadas, sustituyeron a dunas y pinares. “Apenas tiene los servicios que hoy consideramos básicos en nuestras ciudades y donde la mayor concentración humana se produce, casi siempre, en el supermercado del barrio. Aparentemente nunca ocurre nada interesante, nada que llame la atención. Y sin embargo, si fijamos nuestra atención, un mundo rico en detalles ayuda a definir el modo de vida de un pequeño lugar, durante un breve espacio de tiempo”, añade.

  

“La gente que va a Islantillas no está de vacaciones, sólo cambia de escenario”, apunta Ibáñez, quien reflexiona en esta exposición sobre “cómo ajustamos nuestro comportamiento a través de la invención de pequeñas rutinas en lugares ajenos a donde residimos el resto del año, estableciendo nuevas relaciones con este territorio y con nuestros vecinos ocasionales. Una vez establecidos estos ajustes, las rutinas se repiten cada temporada una y otra vez”.

 “La gente tiene su casa, su patio, su familia, su tele y pueden pasar días sin saludar a otras personas. Aparentemente, no pasa nada. Las rutinas son muy parecidas al resto del año, aunque se vaya en bañador y chancla. Las personas que viven en estas casas durante tres o cuatro meses las han comprado y tienen una hipoteca, por lo que tampoco pueden cambiar y se ven obligadas a seguir con esas rutinas”, asegura este fotógrafo que publicó con Ediciones Anómalas el libro Reverso y que está exponiendo simultáneamente otra muestra sobre Islantillas en la galería Valid Foto de Barcelona.

    

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