MURCIA. El Archivo Municipal de Molina de Segura ha querido felicitar estas fiestas con un documento muy especial, un vídeo dedicado a la vida y las costumbres de antaño en el municipio y que ya se pudo ver en la presentación de Mayores que cuenta, un libro que están elaborando a partir de Archivo de Voz, un proyecto que reúne los testimonios orales de 'nuestros abuelos'.
Este vídeo en concreto, de poco más de cuatro minutos, es "una respuesta de los jóvenes al legado recibido de sus mayores, una manifestación de los vínculos intergeneracionales y una puesta en valor de sus aportaciones", según señalan desde el Archivo. Porque, como dicen en el audiovisual: "El presente y el futuro quieren escuchar el pasado". De esta forma, los autores han seleccionados fotografías antiguas de sus álbumes familiares y los testimonios de sus mayores para hacer un retrato de una Molina que ellos no han conocido pero de la que son herederos.
Los jóvenes autores de este documento son Miriam Garlo, Enrique García Espinosa, Isabel María Lozano Orenes, Gaspar Mondéjar Gómez, Mª José Piñero Cutillas, Alejandro Rivero Fernández, Pablo Martínez Jiménez y Pablo Palazón Riquelme.
"Mayores que cuentan... Y a ti, ¿qué te han contado?". Así comienza el vídeo que recuerda viejos poemas infantiles -como el de "a la una, la mula; a las dos, la coz; a las tres, San Andrés..."- que las mujeres le recitaban a los niños a su cargo, destacando la ayuda que se establecía entre las vecinas. Uno de los narradores cuenta, por ejemplo, que su abuelo de joven trabajó como botones del Casino de Molina, situado en una plaza que por entonces era muy bulliciosa, y que solían bañarse en el río, al que se tiraban cuando pasaba un barco para pasar por debajo.
Otra de las jóvenes se traslada a Los Valientes y a la Casa de las Palomas donde se juntaban los vecinos para tocar música y bailar -si era Navidad con un vasito de mistela y unos dulces-; fortaleciéndose los vínculos entre ellos y saliendo de allí hasta algún noviazgo.
La penuría de la posguerra agudizó el ingenio y uno de los narradores relata cómo un molinense tuvo la idea, junto con padre, de crear un jabón diferente, que tenía que ser verde para poder utilizar la alfalfa que tenían en la huerta. Los jóvenes tambien recuerdan que sus mayores iban a la siega, andando hasta La Mancha; enviaban las frutas de sus plantaciones a las fábricas de conserva; accedían al agua para regar las tierras; tuvieron que emigrar fuera de España para buscar trabajo, como a Holanda; se metían siete u ocho en un seiscientos para ir a la playa; o jugaban en la calle... sin móviles.
Una Molina de Segura muy diferente a la actual que estos jóvenes ha querido rememorar como un tributo a sus mayores y un trabajo de investigación sobre sus raíces.