MURCIA. La Marea de Residencias se ha manifestado en la mañana de este viernes frente a las puertas de la Consejería de la Política Social para protestar por la gestión de las residencias durante la pandemia. Con pancartas que aludían en su mayoría a historias vividas en primera persona, los asistentes exigían una Ley de Residencias que garantizase un control y una seguridad para los mayores que se alojan en los centros.
En la Ley de Residencias que se propone se exige una mejora del personal, que además sea cualificado y un control sobre las residencias privadas por parte del Gobierno regional. "No entendemos cómo pueden haber personas que pagan 2.500 euros al mes por estar en una residencia y que luego no tengan personal para atenderles", protestaba una de las manifestantes.
Por otra parte también acusaban al Ejecutivo murciano de "dejar morir a sus mayores". "Tememos que en esta segunda ola del virus ocurra como en la primera. Estamos aquí para evitar eso a toda costa", lamentaba con franqueza uno de los afectados.
Las residencias privadas también estuvieron en el centro de la protesta. Según los manifestantes, "van a libre albedrío y al no haber un control, se aprovechan de los ancianos como pueden". Un aspecto clave que se comentaba era el de establecer también la atención sobre las residencias privadas, y en parte el responsable de ello sería la Comunidad.
La Ley de Residencias es la única esperanza que les queda a los manifestantes de que cambie el destino en la forma de dirigir los centros de mayores. Gran parte de las personas reunidas eran testigos directos de de familiares perdidos en estos lugares, y sienten la necesidad de dar visibilidad a un problema que en los últimos años ha cogido un gran revuelo a su alrededor. "Una muerte no es un número".