MADRID. Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), pertenecientes a la Red de Investigación en Prevención y Promoción de la Salud (RedIAPP), han coordinado un estudio en el que combinaron los resultados de 21 ensayos que incluyeron un total de 10.134 pacientes de once países diferentes, con una representación de todas las edades. Este grupo, a su vez, forma parte del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y desarrolla su actividad en el Distrito Sanitario Málaga-Guadalhorce.
En este meta-análisis la mayoría de los programas preventivos evaluados incorporaban intervenciones psicológicas y educativas a través de dispositivos conectados a internet, como teléfonos móviles, tabletas u ordenadores. Los programas que aplicaban más interacción fueron más efectivos que los que se limitaban a enviar consejos. En conjunto, todos estos programas preventivos aplicados a través de las nuevas tecnologías evitaron el inicio de un 37 por ciento de nuevos episodios de depresión.
El investigador responsable del grupo 'Salud Mental, Servicios y Atención Primaria de Iibima y coordinador del Área de Salud Mental de la redIAPP, Juan Ángel Bellón, ha destacado que "un hallazgo muy interesante es que no se produjeron diferencias significativas de efectividad entre los programas a través de internet cuyos usuarios recibían algún tipo de apoyo o seguimiento por profesionales de la salud mental y aquellos que no tenían ese apoyo, es decir, de programas guiados frente a los auto-guiados, respectivamente".
Bellón ha subrayado además que este estudio es "muy importante si tenemos en cuenta que en España se acumulan dos millones y medio de depresiones en un año, siendo un millón casos de depresión de nueva aparición". Además, la naturaleza de este estudio busca incidir en un aspecto como la prevención de la depresión, algo que en palabras del coordinador del estudio "en cierta medida podríamos hablar de 'vacunas contra la depresión', es decir, de intervenciones que evitan que la depresión se inicie".
En este sentido, ha mencionado que si este tipo de programas preventivos de la depresión se implantaran de forma masiva en la población, se podrían evitar hasta 400.000 nuevas depresiones anuales a nivel nacional, lo que conllevaría "un gran impacto positivo en términos sanitarios al mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias, así como en términos económicos al tratarse de una patología que afecta a población en edad laboral, a la vez que suponer menos gasto para el sistema sanitario", ha matizado.
Por otro lado, este estudio se pone en alza en un momento en el que el mercado de dispositivos tecnológicos como los smartphone o las tabletas están al alcance de la mayoría de la población; algo que se ha visto incrementado durante el último año como consecuencia de los cambios de hábitos, debido a la actual crisis sanitaria por la COVID-19, donde se han incrementado las interacciones sociales a través de nuevas tecnologías.
Además del Ibima, la RedIAPP y el ISCIII, en este meta-análisis también han participado la Universidad Loyola (campus de Sevilla), el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón y la Universidad de Ámsterdam.