MADRID (Efe). La industria alimentaria anticipa que pasará "dificultades" a lo largo de este 2020 por la caída de las ventas en hostelería, el retroceso del turismo y el impacto del coronavirus en las exportaciones, y ya reclama al Gobierno que la desescalada comience "lo antes posible y de forma segura".
Así lo advierte en una entrevista con Efeagro el director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, quien apunta que ya hay compañías incluso en riesgo de desaparición dentro de un sector que representa un 3% del PIB y emplea a medio millón de personas.
"El Gobierno tiene que generar confianza en los ciudadanos para que sepan que pueden consumir de forma responsable y segura. Hay que trasladar a la población esa idea, lo peor sería empezar la desescalada y que el consumidor no reaccionara por miedo", alerta el responsable patronal.
Desde FIAB ya han trasladado al Ejecutivo la necesidad de empezar a levantar las medidas de restricción aprobadas para frenar la propagación del coronavirus, lo que incluye la reapertura de la hostelería, dada su importancia para la industria alimentaria.
"Creemos que con la curva (de contagios) bajando es compatible poner en marcha ese proceso con las condiciones de seguridad necesarias", defiende García de Quevedo, quien también pide al Gobierno "que no actúe de forma unilateral y trabaje con los sectores" implicados.
Asimismo, reclama flexibilizar los ERTE para evitar la quiebra de empresas y que se destruya empleo, además de incidir en que hace falta "dotar de más seguridad jurídica" a las nuevas normativas que acompañarán ese proceso de recuperar la actividad.
El dirigente patronal lamenta que exista la percepción de que al sector alimentario le puede beneficiar esta crisis a nivel económico: "Es absolutamente falso e irresponsable trasladar esa imagen, lo vamos a pasar muy mal".
FIAB ya augura una caída de sus ingresos por influencia de la hostelería, canal que representa cerca del 30 % de la facturación anual de esta industria y donde el impacto por la bajada del turismo será más que notable.
"Es verdad que hay un trasvase de una parte del consumo que se hacía en bares y restaurantes al supermercado, pero nunca va a compensar. Las empresas para las que la hostelería tenía un mayor peso en su negocio están en una situación muy difícil", asevera.
De hecho, cita como ejemplo a fabricantes especializados en productos gourmet y de alto valor añadido, muchas veces pymes cuyas ventas se concentran en restauración y que tienen "una capacidad de aguante muy reducida".
En este sentido, constata que compañías del sector ya han aplicado ERTE y no descarta que alguna tenga que afrontar procesos de reestructuración financiera.
Otro factor que genera preocupación es el comportamiento de las exportaciones, ya que en épocas de crisis la demanda se contrae, y desde la patronal no esperan que en esta ocasión sea diferente.
"La demanda de los productos internacionales en los países de destino va muy ligada a la bonanza económica, cambia la actitud del consumidor hacia lo exportado, el alimento gourmet... No esperamos un tirón de las exportaciones este año", argumenta.
García de Quevedo recuerda que países como Italia, Francia, China o Estados Unidos se sitúan entre los principales mercados para la industria alimentaria española, y todos ellos se han visto afectados por la pandemia de forma notable.