La historia se repite: la fuerte tormenta del fin de semana deja al Mar Menor al borde de la anoxia

CARTAGENA. Por más que se repite, la situación no deja de sorprender. Un nuevo episodio de fuertes lluvias, cada vez más habituales en el tiempo, ha puesto de nuevo al Mar Menor al borde de un nuevo episodio de anoxia, esto es, la falta de oxígeno en el agua. La anoxia es un episodio de hipoxia extremo, que indicar aguas con valores inferiores a 2-3 mg/L de oxígeno disuelto en la que se entiende que muchos organismos no pueden tolerar para su respiración.

"La situación es parecida a otros episodios similares", señala el catedrático de Ecología de la Universidad de Murcia (UMU), Ángel Pérez Ruzafa. Pérez Ruzafa alerta de que la entrada de agua dulce de los últimos días puede crear capas en la superficie del Mar Menor, que impidan la llegada de oxígeno a las zonas profundas, algo que podría provocar la creación de áreas con hipoxia, como las detectadas antes del verano, tras las lluvias de los pasados meses de marzo, abril y mayo. "La situación puede ser grave. Hay que ver cómo se recupera porque se puede volver a producir una estratificación de la columna del agua, es decir, que se cree una capa de agua dulce en la superficie y otra capa de agua salada más profunda, lo que puede llevar a un fenómeno de anoxia. Habrá picos de clorofila y habrá que ver cómo evoluciona", añade el catedrático de la UMU.

Pérez Ruzafa insiste en la necesidad de construir infraestructuras en la gestión del agua que impidan que, ante episodios de fuertes tormentas como el del pasado fin de semana, se produzcan grandes entradas de agua dulce al Mar Menor. "Ahora se van a movilizar todos los nitratos del acuífero, hay casas en la comarca que no están conectadas a la red de saneamiento, en algunos municipios no se separan aguas pluviales y urbanas y esto dificulta que las depuradoras funcionen con normalidad". Pérez Ruzafa señala a Moncloa como la institución que tiene la llave para cambiar esto. "La pelota está en el tejado del Ministerio. Cuando vino la ministra Ribera se lo comenté. Todas las medidas que han implementado son regulatorias. Con las cuales estoy de acuerdo, pero no son suficientes. Si no se baja el nivel freático, si no se producen esas infraestructuras…Tendremos lo que nos merecemos", apunta.

El catedrático de Ecología señala que no es incompatible la actividad agrícola con el cuidado al Mar Menor si se tienen las infraestructuras necesarias. "Se ha hecho muy bien la retirada de biomasa este verano. Pese a las altas temperaturas y a la entrada constante de agua con fosfatos, el Mar Menor ha respondido bien", apunta. "Una vez se ha producido esta entrada de agua por las lluvias, con ese arrastre de sedimentos, no se puede hacer nada. Pero los efectos inmediatos no me preocupan mucho. Lo que me preocupa es que esta situación se mantenga en el tiempo", explica Pérez Ruzafa.

Al mismo tiempo, no entiende porque el Ministerio de Transición Ecológica se niega a licitar estas infraestructuras necesarias para la gestión del agua. "Parece más estrategia política. Da la sensación de que cuando puedan dañar al Gobierno regional, lo hacen. No sé con que expertos o datos trabajaran. No logro entenderlo. Y es muy triste. No sé si con la ILP se podrán depurar responsabilidades", se pregunta. Tres años después de la última DANA, la historia se repite. El Mar Menor vuelve a temblar.