UNA REGIÓN EN MARCHA / OPINIÓN

La hipocresía ante los ductos

3/09/2022 - 

MURCIA. Disponer de agua y energía permite combatir la pobreza y las desigualdades, crear empleo, evitar las emigraciones forzadas por la necesidad e impulsar el desarrollo socioeconómico necesario para la dignificación de la vida humana en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Las sequías, el conflicto de Ucrania y la escasez de materias primas ponen de manifiesto la gran dependencia energética de Europa. Por ello, no se discute la importancia de los "ductos" (grandes tuberías) para transportar los recursos energéticos desde donde hay hasta donde se necesitan.

"España ha contado con talento suficiente para adelantarse a las crisis"

Las grandes redes de distribución transnacionales de gaseoductos y oleoductos han posibilitado a Europa acceder asequiblemente a la energía necesaria para desarrollar la actividad industrial y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

En las últimas semanas, Alemania y otros países están pidiendo insistentemente la construcción de un nuevo gaseoducto que enlace España y Francia por Cataluña (Midcat) para ampliar la capacidad de suministro a Centroeuropa.

España ha contado con talento suficiente para adelantarse a las crisis y ciclos climatológicos. En 2014, investigadores del Instituto Español de Estudios Estratégicos previeron que la conexión gasística Midcat (Hostalric-Francia) era estratégica para incrementar la capacidad de transporte hacia Europa, aunque desgraciadamente los responsables políticos no la valoraron suficientemente y la abandonaron en 2018.

El Plan Hidrológico Nacional de 2001 preveía la construcción de un acueducto para compensar el déficit de las cuencas mediterráneas. El objetivo era transferir desde el Ebro, una vez superado el mínimo establecido en la desembocadura, 1.050 hectómetros cúbicos de agua para suministrar 190 a la cuenca catalana, 315 a la del Júcar, 450 a la del Segura y 95 a la andaluza.

"Si se trata de óleo o gaseoductos se aplaude y estimula, mientras que los acueductos se repudian y rechazan

En uno y otro caso no han faltado estudios y conocimiento al servicio de una estrategia común que permitiera minimizar los impactos ambientales y los provocados por la dependencia energética exterior o los cambios climáticos. Se trataba de adelantarse a las situaciones de crisis y planificar técnica y sosteniblemente el adecuado uso de los recursos naturales (agua y energía).

Sin embargo, la excesiva politización, la pobreza intelectual y la dictadura de la nueva religión ecologista abortaron estas iniciativas, arrastrando a decisiones de los responsables públicos que tan sólo unos años después tienen que empezar a revisarse. Se ha pasado de calificar en 2019 el Midcat de infraestructura "ruinosa" e insostenible a aplaudir entusiásticamente la iniciativa que promueve Alemania dos años después.

Mientras media España no tiene agua para beber por la sequia, se han suprimido las previsiones de construcción de nuevos embalses que incrementen la capacidad de almacenamiento y faciliten su trasvase hacia las áreas mas necesitadas. Tan sólo en estos últimos 10 años el fallido trasvase del Ebro habría posibilitado disponer de casi 6.000 hectómetros cúbicos que se han ido al mar.

En España se cuestiona la necesidad de construir embalses y los trasvases, mientras en el resto del mundo se programan grandes trasvases y embalses para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos (inundaciones y sequias) y asegurar el suministro de agua para todos.

Cuando se habla de "ductos" hay una visión contrapuesta. Si se trata de óleo o gaseoductos se aplaude y estimula, mientras que los acueductos se repudian y rechazan, condenando cíclicamente a buena parte de España a restricciones y al sector agropecuario a la mas absoluta indigencia.

Los "ductos" para petróleo, gas y agua son esenciales para el progreso y bienestar de la humanidad, corrigen los desequilibrios, facilitan el desarrollo sostenible y la cohesión social. Una eficiente planificación del agua y la energía, basada en el conocimiento, asegura el uso responsable de los recursos naturales y la calidad de vida de las personas.

Miguel Ángel Cámara Botía

Catedrático de Química Agrícola

Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica

Universidad de Murcia

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