La fotografía al rescate del patrimonio: el palacete que 'agoniza' en el centro de Murcia 

MURCIA. En el mismísimo centro de Murcia, junto a la Catedral y bajo la atenta mirada de su torre, se encuentra -o más bien, agoniza, por lo que revelan estas imágenes- el palacio del pintor Hernández Amores. Una situación sobre la que hace unos meses puso el objetivo de su cámara el fotógrafo murciano Chembos, quien lleva años fotografiando el patrimonio en ruinas de la Región, atesorando miles de fotografías. Con ellas, este explorador de un pasado glorioso en decandencia realiza una llamada de atención para proteger esas joyas arquitectónicas que descubre en sus incursiones. Pero también muestra su sensibilidad artística obteniendo unas imágenes de gran belleza y poesía.

Además, el joven fotógrafo amante del patrimonio documenta las imágenes que da a conocer en su Instagram (@chembos), porque como él mismo escribe en sus redes: "Si no comparto las fotografías y los vídeos que hago nadie los verá jamás y se quedarán igual de abandonados que los sitios abandonados que visito, a los que hago fotos justamente para evitar que caigan en el olvido". En el caso del palacio Hernández Amores fue más allá y hasta creó una petición en Change.org para visibilizar su estado de abandono y para evitar que acabe siendo derribado si no se protege. 

Señalaba entonces el fotógrafo que el palacete de tres plantas, de estilo ecléctico y decoración modernista, está a la espera de una rehabilitación integral mientras sus habitaciones colapsan, sin que el apuntalamiento interior ni la rehabilitación exterior de su fachada lo protejan del deterioro. Poco se ha hecho para mantenerlo y desconoce si algo se podrá hacer ya para salvarlo, con la mayoría de los suelos de las plantas superiores pandeados por las filtraciones de las casi inexistentes cubiertas.

Recuerda Chembos que el año pasado parte de los salones de las plantas superiores colapsaron y se tuvo que sanear la fachada para evitar nuevos derrumbes. Durante el periodo en el que la fachada se estuvo rehabilitando, no era difícil acceder a la vivienda, que aún conservaba de forma caótica objetos de valor en su interior (muebles, documentos históricos, cartas manuscritas de finales del siglo XIX...). El mismo Chembos tuvo que impedir en alguna ocasión que entraran ladrones. No obstante, tras publicarse en un artículo algunas fotografías que había realizado se blindó el palacete para hacerlo inexpugnable.

"Todos los elementos de interés de la vivienda, junto con su decoración modernista, similar a la del casino de Murcia, lo convierten en un magnifico exponente de arquitectura ecléctica, pero su futuro, a día de hoy, está más abocado al fracaso que a su recuperación", se lamentaba el fotógrafo, quien ha intentado sin éxito ponerse en contacto con las distintas partes que podrían poner algo de luz sobre lo que le espera al palacio de Hernández Amores.