MOLA SER PROFE / OPINIÓN

La fórmula para acabar con los trolls de internet

26/06/2020 - 

Tengo buenas noticias. Es posible acabar con los trolls de internet. Aunque el precio a pagar tiene su cosa.

Vengo leyendo estos días sobre la incapacidad de la gente para ser productivo en estos días de aislamiento y posterior 'desescalada' (con lo poco que hago deporte, este término me cansa con solo leerlo). Al principio pensé que este problema podía deberse al hecho de la ansiedad que provocaba la incertidumbre debida a la pandemia. Lo cual, admitámoslo, es lógico. Miles de compañeros docentes míos, han dedicado muchas horas no sólo a ponerse al día con esta nueva forma de enseñar, sino a adaptar sus contenidos. Pero consideran que muchas de esas horas han sido improductivas. No por lo que había que hacer, sino porque de verdad que lo eran.

Entonces, ¿qué estaba pasando más allá de la incertidumbre provocada por la actual situación pandémica?

Existe un experimento realizado por Olds y Milner (Positive reinforcement produced by electrical stimulation of septal area and other regions of rat brain. Journal of Comparative and Physiological Psychology, 1954) cuyas conclusiones son reveladoras. Por resumir, se utilizaron ratones a los que se les suministraba dopamina cada vez pulsaban un determinado interruptor. Esta sustancia provoca placer casi inmediatamente y, como pueden ustedes suponer, los ratones disfrutaron de esta circunstancia. Tanto que no hacían otra cosa. Tanto que casi podían morir de hambre por no hacer otra cosa. Eran adictos a esa sustancia.

Empecé a pensar que, si no era la incomodidad de la pandemia, algo tenía que hacer que nos quedáramos quietos sin hacer nada, esperando nuestra sesión de dopamina. ¿Van intuyendo a qué me refiero? Sigamos pues.

Hace unos días leía en el blog de la escaladora profesional Madison Fischer, contar cómo consiguió hacer que su carrera diera un vuelco profesional sobre lo que había hecho hasta ese momento. El secreto principal, según ella, era que había dejado de fijarse en sus competidores directos. Al no fijarse en ellos, en el entrenamiento estaba ella sola y la única persona a batir: ella misma.

¿Cómo logró esto? Porque siempre que tomamos algún libro de autoayuda, nos encontramos con estos consejos llenos de lugares comunes, pero ninguno nos dice nada eminentemente práctico para conseguir según qué cosas. Pues bien, lo que me interesó de ella es que sí daba una receta para conseguirlo. Y esa receta se relaciona directamente con la forma de acabar con los trolls y demás distracciones que impiden nuestra productividad.

Como ha llegado usted a casi el final del artículo, se merece que se lo diga. Aunque es un tema que podría profundizarse dando muchos más ejemplos, la simplicidad de lo que le voy a decir a continuación puede usted dejarla ahí y ponerse a practicarla: dejar las redes sociales.

Así de sencillo. Así de complicado. Si quiere usted ser más productivo, no se deje embaucar por las redes sociales por diversión. Así acabará con los trolls de internet. Y será más productivo. Leerá más y mejor. Quizá eso no convenga a mucha gente, pero pruébelo unos días este verano.

Alguien podría esgrimir el argumento de que, entonces, cómo habríamos sobrevivido a esta pandemia. Pues mire usted, con más tiempo para nosotros. Usar la tecnología actual para comunicarse por videoconferencia no es malo, pero dedicar todo el día a ello sí. Entrar en debates fútiles sobre cuestiones en las que no hay forma de cambiar y, encima, cabrearse por ello llegando al insulto, no le va a hacer más listo ni más productivo. Si quieren más artículos como este no dejen de decímelo… en mis redes sociales.

Francisco Mateo es doctor en Ingeniería y doctorando en Ciencias Sociales y de la Educación. Profesor universitario y de Formación Profesional.

@molaserprofe / www.molaserprofe.com