MURCIA. La Región continúa entre 15 y 18 puntos por debajo de la media nacional en renta y PIB por habitante como consecuencia del continuo retraso en su incorporación a los grandes ejes de comunicación, lo que ha condicionado y sigue condicionando su desarrollo. También destaca otro hecho también fundamental: la inexistencia de un proyecto común de Región que permita poner en valor todas las ventajas con las que cuenta.
Son necesarios el dialogo y la negociación para consensuar un proyecto de Región que incluya objetivos, recursos y plazos para su ejecución. De esta forma, se podrá recuperar la confianza tanto de los inversores como de los emprendedores y ofrecer un empleo a las casi 100.000 personas que lo buscan y no lo encuentran.
La realidad que se viene constatando en los últimos años es que la falta de consenso y negociación no ha permitido desarrollar las actuaciones precisas para poner en valor todas las ventajas con las que cuenta la Región y, en consecuencia, el diferencial con la media nacional en vez de reducirse se agranda.
Los datos que se van conociendo de PIB y paro lo confirman, a la vez que parecen querer reafirmar que sin un gran acuerdo es imposible cambiar su negativa evolución. Según Funcas, el PIB regional crecía en 2022 al 5% (la media nacional al 5,5%) y su estimación para este año 2023 es de un crecimiento del 0,9% (también por debajo de la media nacional del 1,3%), lo que supone una perdida constante de fortaleza y un alejamiento de la media nacional.
El cuadro nos permite conocer la realidad de la Región de Murcia desde el año 1995 hasta 2022 en población, población activa, ocupados y parados en cifras y porcentajes sobre el total nacional. También ilustra su aportación al total del PIB nacional, el PIB por habitante, la renta media de los hogares por habitante, los ingresos medios por persona y el gasto medio, la tasa de riesgo de pobreza, la tasa Arope, el gasto en I+D+i y el nivel de convergencia, ahora divergencia, con la Unión Europea en Paridad de Poder de Compra, tanto a nivel regional como nacional.
Después de la gran crisis entre los años 1991 y 1993 en la industria regional y, singularmente, a la caída de la gran industria que conllevó en Cartagena a la pérdida de más de treinta mil empleos y a una situación de extrema gravedad, el paro en la Región en 1993 alcanzaba a 101.000 personas, mientras que en 1994 llegó a 104.600 personas en desempleo. La tasa de paro era del 25,34% de la población activa y se situaba por encima de la media nacional del 24,17%. El crecimiento del PIB entre 1990 y 1995 en la Región fue del 0,4%, muy por debajo de la media nacional del 1,3%.
La puesta en marcha por el Gobierno de España de un plan especial para Cartagena contribuyó a recuperar la confianza. El Gobierno regional presidido por Carlos Collado se implicó decisivamente en atraer la inversión exterior e interior, lo que permitió que en 1994 se inaugurara en la Aljorra (Cartagena) General Electric Plastic, que conformó a Cartagena como la capital europea de fabricación de plásticos de ingeniería y la Región inició una etapa de crecimiento que continuaría hasta la Gran Recesión.
"Al compromiso de impulsar la recuperación industrial, a la vez que en una mayor presencia en el exterior y a como atraer inversiones, se sumaban también los empresarios"
Al compromiso de impulsar la recuperación industrial, a la vez que en una mayor presencia en el exterior y a como atraer inversiones, se sumaban también los empresarios. El acuerdo entre las Cámaras de Comercio de la Región y el Gobierno regional permitió poner en marcha un convenio de colaboración que firmábamos el Instituto de Fomento, cuyo director era Alberto Requena, y el Consejo de Cámaras de Comercio de la Región, que yo presidía, lo que impulsó de manera importante la presencia de promotores empresariales en diversos países, dando comienzo a un modelo de colaboración publico-privada que aún persiste.
Este acuerdo que posibilitó una mayor presencia en el extranjero de las empresas de la Región, facilitando el comercio exterior y la internacionalización empresarial. Este periodo estuvo impulsado por un empresariado emprendedor que apostaba por el crecimiento y la transformación de la estructura productiva regional, reemprendiendo en la Región hacia una etapa de crecimiento continuado y decisivamente a la modernización de la economía regional.
El continuo retraso en la incorporación de la Región a los grandes corredores viarios, portuarios, aeroportuarios y ferroviarios ha condicionado y sigue condicionando su desarrollo. La autopista del Mediterráneo llegaba a Alicante en 1976 y, 13 años después a Murcia. En 1993 llegaba a Puerto Lumbreras. Alicante se conectaba por autovía con Albacete en 1990, 11 años después, y tras el acuerdo del presidente Valcárcel con el ministro Arias Salgado para adelantar su realización, se hacia realidad en 2001 la autovía Murcia Albacete.
En el año 1995 Ramón Luis Valcárcel era elegido presidente de la Comunidad autónoma, y su principal compromiso era recuperar la economía regional y la realización de las infraestructuras de comunicaciones (viarias, portuarias, aeroportuarias y ferroviarias) para su conexión con Madrid. Así, pretendía concluir la autovía de la costa y la interconexión viaria de toda la Región, para conformar a la Comunidad murciana como polo de atracción inversora, donde destaca la segunda fase de General Electric Plastic en Cartagena. En el año 1997 la autovía de la costa llegaba a Cartagena y en 2007 la autopista de la costa llegaba a Vera (Almería).
Las inversión empresarial crecía con la modernización de la agricultura al disponer del agua del trasvase Tajo-Segura, que se conformaba como agroindustria, y su apuesta por el exterior, aprovechando la nueva realidad que se había conformado. Cabe recordar que el 1 de enero de 1993 entró en vigor el mercado único europeo y la puesta en marcha el euro.
"Entre 1995 y el 2000 el PIB regional crecía el 4,9%, un punto por encima de la media nacional"
Entre 1995 y el 2000 el PIB regional crecía el 4,9%, un punto por encima de la media nacional (3,9%). Se iniciaba el nuevo siglo y la economía regional entre los años 2000 y 2007 crecía por encima de la media nacional y en muchos años lideraba el crecimiento del PIB, pasando de aportar al total del PIB nacional del 2,18% de 1995, al 2,43% en el año 2000 y al 2,6% en el año 2007.
La Gran Recesión a partir de 2008 afectó a la Región más profundamente que a la media nacional y, quince años después, la Comunidad murciana sigue prácticamente con la misma aportación al total del PIB nacional que en 2007, a pesar del importante crecimiento poblacional.
Estos datos confirman la necesidad y la urgencia de un pacto por la Región que involucre a Gobierno regional, Delegación del Gobierno, partidos políticos, empresarios y sindicatos con objetivos y recursos para programar la realización de las infraestructuras pendientes y poner en valor todas sus potencialidades. De esta forma, la Región podrá situarse en el entorno de la media nacional en el horizonte de 2030.
La Región de Murcia ha afrontado en estos últimos cinco años algunos de los mayores desafíos que se recuerdan y que han generado un clima económico de pura incertidumbre en el que los empresarios han tenido que navegar. Sin embargo, las empresas murcianas han puesto de manifiesto su habilidad para capear el temporal y mejorar sus resultados