CARTAGENA. La demolición de la actual rampa de acceso y escaleras de la Puerta del Socorro, ubicada en la Muralla Carlos III, y su posterior rehabilitación no arrancará hasta principios de octubre, a pesar de que desde el pasado mes de julio ya hay empresa adjudicataria para la obra, Salmer Cantería. La firma del contrato -que debería producirse este mes de agosto- y la posterior celebración de las fiestas de Carthagineses y Romanos -recordemos que en la Cuesta del Batel se celebra uno de los grandes actos festivos, como es la Batalla-, han ido alargando la obra de derribo de una polémica rampa que la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma ordenó su demolición meses atrás y que fue construida para la celebración del Rock Imperium hace ya un año y medio.
Entre su construcción y su demolición el dinero invertido de las arcas municipales para que todo vuelva a su estado original o casi, es de 170.000 euros, pero, sobre todo, el coste ha sido más político si cabe, porque el Ayuntamiento actuó en abril de 2023 reutilizando parte del material para la ejecución de una nueva y hacer unas escaleras de acceso que no fueron autorizadas por Patrimonio Cultural. Las posteriores denuncias de algunas asociaciones en defensa del patrimonio obligaron al Ayuntamiento a tener que deshacer el camino para invertir ahora 120.000 euros en su derribo y rehabilitación.
Ante la decisión de la DG de Patrimonio Cultural al ordenar la demolición de la rampa, los arqueólogos municipales propusieron la realización de catas en la Puerta del Socorro de la muralla de Carlos III para confirmar que originalmente tenía un tamaño mayor, lo que facilitaría los nuevos trabajos encargados por el Gobierno municipal para establecer una solución de accesibilidad definitiva.
Una vez autorizadas estas nuevas obras por parte de la DG de Patrimonio Cultural se ha considerado como más adecuada la opción de recuperar los niveles originales de la poterna, e incluso intentar devolver el aspecto exterior con el glacis que presentaba para salvar el desnivel. Esto supone la demolición de la actual pasarela de hormigón y la excavación de los niveles, hasta llegar al umbral de acceso, lo que supone mostrarla en toda su dimensión, evitando que la parte inferior quede oculta.
Las obras -consistentes en la demolición de escalera y rampa existente y nuevo acceso en la Puerta del Socorro-, no suponen aumento de superficie edificada y, al contrario, proponen la demolición del elemento de hormigón actual y la ejecución de un glacis de tierra compactada, sin prácticamente volumen. No se propone tampoco cambio de uso pues se mantiene el paso entre el interior y el exterior del recinto amurallado, con la premisa básica que se propone en este proyecto de recuperación de los niveles originales y la comunicación entre ambas caras de la muralla (independientemente de que se lleven a cabo representaciones en la cuesta del Batel o no).