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DESDE MI ATALAYA / OPINIÓN

La comercialización de los resultados de los proyectos de I+D+i

10/02/2023 - 

MURCIA. En el último boletín de la OTRI de la UMU cuenta David Sánchez-Hernández, profesor e investigador de la UPCT, que "se fueron a Austin (USA) a vender su sistema de evaluación de terminales móviles 4G", hoy EMITE, la empresa que produce este sistema, cuenta con 25 empleados y red comercial en 25 países. Pablo Artal, profesor del laboratorio de Óptica de la UMU y creador de la empresa VÓPTICA, dedicada a desarrollar tecnología e instrumentación Oftálmica y que da trabajo a 10 personas, asegura que "la principal dificultad de las empresas que surgen de las universidades y centros de investigación y desarrollo es contar con unas buenas redes comerciales y distribuidores en el mundo". Y Diego García, de Sistemas Telemáticos y Tecnología Electrónica de la UPCT, y CEO de INGENIATIC, empresa que comercializa un sistema de alerta, dice que "sobre el papel todo es muy fácil, pero luego llegas al mercado" y que "para los investigadores la parte comercial es mucho más difícil que la de desarrollo".

"tenemos que innovar en comercialización"

Sirvan estos ejemplos para ilustrar la realidad a la que se enfrentan aquellos que quieren poner en valor económico los resultados de los proyectos de I+D+i. No hablo de transferir el conocimiento, que es un concepto más genérico, que incluye otras actividades como publicar en revistas científicas o divulgativas, ni tampoco de otras formas de poner en valor los resultados, como la búsqueda altruista de un beneficio social. Me refiero a llevar al mercado un producto o servicio basado en dichos resultados, creando una empresa ad hoc, o a través de una empresa ya creada, a comercializarlos buscando un beneficio económico.

Comercializar es preparar un producto o servicio para que sea viable en el mercado y ponerlo a la venta. En lo que se refiere al producto que nos ocupa, y que podemos denominar "resultado de la investigación", tendremos que:

  • Valorar su interés potencial, respondido a la pregunta: ¿Qué necesidad o querencia presente o futura de las personas pretende cubrir?, o dicho de un modo más directo: ¿Quién lo va a comprar? ¿a qué precio?
  • Desarrollar un prototipo o producto mínimo viable, testándolo primero en condiciones de laboratorio y luego en condiciones reales con clientes potenciales, mejorándolo de manera iterativa hasta conseguir un producto comercializable sin perder de vista la pregunta anterior.
  • Hacer un plan de negocio que contenga un análisis de mercado y oportunidad, un plan de operaciones, desarrollo y gestión, un plan de márquetin y ventas, y un plan financiero.

Y lo que es más importante, todo esto ha de hacerse, o mejor dicho, alguien ha de hacerlo; uno o varios emprendedores que asumen el esfuerzo y el sacrificio de dicha tarea. Porque emprendedor es aquel que hace, que trabaja y construye una empresa, no el que tiene una idea y se dedica a "marear la perdiz" y a asistir a cursos y eventos de emprendimiento... Por supuesto que la formación es necesaria, pero lo realmente imprescindible es "echar a andar", y si por el camino se necesita algún conocimiento, pues se busca o se contrata a quien lo tenga.

Desde que los poderes públicos interiorizaron que las inversiones en ciencia y tecnología generan riqueza y bienestar para los ciudadanos y resuelven los problemas a los que se enfrentan las sociedades, hemos asistido a un incremento del gasto en I+D+i que ha permitido aumentar el tamaño del sistema de ciencia y tecnología y, en consecuencia, incrementar los outputs, entre los que destacan los resultados de los proyectos de I+D+i. Paralelamente se han puesto en marcha actuaciones que buscan el retorno a la sociedad de este mayor esfuerzo financiero.

Así, en relación a los proyectos de I+D+i, se ha promocionado en los últimos años la modalidad de cooperación pública-privada, lo que ha permitido un mayor alineamiento de la oferta de las universidades y centros de investigación y desarrollo con las demandas y necesidades de su entorno productivo y social, y concedido ayudas al prototipado de los resultados de los proyectos. También se han puesto en marcha plataformas de ofertas y demandas tecnológicas y celebrado ferias en las que mostrar los resultados e innovaciones surgidas de los proyectos de I+D+i financiados.

En materia de fomento del emprendimiento y la creación de empresas de base tecnológica se han habilitado espacios gratuitos (incubadoras de empresas) para el asentamiento de proyectos o empresas en fase temprana, ofrecido formación y ayudas para la realización de sus planes de negocio, y posibilitado encuentros con financiadores privados (fondos de inversión, angel business o empresas de crowfunding,  entre otros).

Otras actuaciones han tenido por objetivo incrementar la visibilidad y apoyar la imagen de las empresas tecnológicas de reciente creación mediante la concesión de premios y otras distinciones.

Qué duda cabe que todas estas actuaciones han contribuido a "empujar" los resultados de la investigación hacia el mercado y a incrementar el número de EBT creadas, sin embargo, lejos de la autocomplacencia podemos y debemos emprender nuevas actuaciones que contribuyan a que el conocimiento y el talento con que cuenta la Región de Murcia se traduzca en nuevas oportunidades empresariales y beneficios para la sociedad.

Y qué mejor forma de hacerlo en la Región de Murcia que escuchando a nuestros emprendedores, como los científicos citados al inicio de este artículo, y poniendo en marcha actuaciones para solucionar el principal problema identificado: vender las innovaciones. Para ello, hay que seguir mejorando la visibilidad global de los resultados de los proyectos de I+D+i que se pretenden comercializar, ya que no se puede comprar lo que no se conoce. Hacer un esfuerzo para hacer llegar las soluciones a los potenciales clientes; por ejemplo, mediante campañas de promoción que muestren en foros nacionales e internacionales las innovaciones. Y facilitar la comercialización y distribución de las innovaciones con iniciativas como la presentada en la pasada edición de INNOVAM+ de creación de nuevos perfiles profesionales centrados en la distribución y venta de las innovaciones. En definitiva, tenemos que innovar en comercialización.

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