MURCIA. El crecimiento de la transmisión del coronavirus en España -con registros récord desde el inicio de la pandemia- había parecido conmover al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien días atrás anunció a bombo y platillo una Conferencia de Presidentes para este miércoles con el objetivo de tomar decisiones respecto al avance de la pandemia. De hecho, el propio Sánchez se ocupó de comparecer el sábado para anunciar... otra vez la cita con los responsables autonómicos dejando entrever la posibilidad de implantar medidas para combatir el avance de la covid.
No era cierto. La cacareada Conferencia de Presidentes capitaneada por Sánchez celebrada este miércoles con carácter de urgencia puso de manifiesto que el líder del Ejecutivo no tenía -ni tiene- intención de aplicar restricciones severas o, siquiera, relevantes. La novedad principal del encuentro fue el regreso, a partir de este 24 de diciembre, de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores: una medida que la mayoría de expertos sanitarios consultada por este diario considera "cosmética", "poco efectiva" o, como mínimo, "insuficiente" si el objetivo es detener la alta transmisión del virus en este momento.
La cuestión, parece ser, precisamente esta: Sánchez no está dispuesto a asumir ninguna restricción gruesa a las puertas de las navidades: así que, definitivamente, el objetivo parece dirigido a confiar en la resistencia de la vacuna y cruzar los dedos para que la presión hospitalaria se mantenga en cifras contenidas.
Así, el propio presidente del Gobierno recalcó en su comparecencia que la situación actual es "distinta" a la de marzo de 2020 y, por tanto, se aplicarán medidas diferentes a las restricciones duras como el confinamiento, el toque de queda y la limitación de movimientos. Sánchez subrayó que la variante más extendida en este momento -Ómicron- es distinta, puesto que causa efectos más leves y además el porcentaje de población vacunada es muy superior.
Una posición que fue respaldada por varios presidentes autonómicos, entre ellos, el valenciano Ximo Puig, quien coincidió en aplicar medidas "no invasivas" y abogó, al igual que Sánchez en "intensificar al máximo la vacunación con la tercera dosis y ampliando lo que sea necesario" y "complementarlo con medidas de apoyo al bienestar emocional, social y económico". En esta línea, el jefe del Consell también solicitó este miércoles que se recupere el fondo covid para paliar los efectos de la pandemia.
En la otra orilla, el presidente catalán, Pere Aragonés, consideró un error por parte de Sánchez no promover nuevas restricciones, una opinión y algunos responsables autonómicos del PP como el gallego Alberto Núñez Feijóo, criticaron "la falta de respuesta común" y la "improvisación" en las medidas adoptadas.
En cuanto a la novedosa medida anunciada por Sánchez de recuperar la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, los expertos consultados por Murcia Plaza coincidieron en que, por sí sola, no es una medida demasiado efectiva.
Así, el catedrático de Microbiología por la Universidad de Valencia, Rafael Toledo, calificó la iniciativa de "cosmética". "Llevamos meses sin mascarilla en exteriores y los contagios han descendido. Se han elevado ahora porque hemos pasado a hacer más vida en los interiores", explicó, para concluir que esta medida no conlleva "una efectividad garantizada" aunque quizá, reflexionó, es "la que menos coste tiene a nivel socioeconómico y político".
Por su parte, Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva Salud Pública e Higiene, señala que es una “barbaridad” volver a imponer la mascarilla en espacios como la playa o la montaña. “Esto es agotar la gente en un momento que puede relajarse”, reconoce. “Da la sensación o bien que están asumiendo la derrota contra la covid o que piensan que esto se va a convertir en un resfriado o una gripe”. El también jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico señala en que es mayor la utilizad de realizar cuarentenas por parte de los contactos estrechos.
“Las medidas preventivas se aplican cuando estamos bien, no cuando estamos mal”, insiste. En este sentido, insiste en la necesidad de reforzar Salud Pública para no perder el rastreo de casos y establecer protocolos que se pongan en marcha en cualquier momento, no solo cuando la situación se complica. “Se trata de tener un sistema de vigilancia que te anticipe a los problemas”, concluye.
Para la divulgadora sanitaria Patricia Ripoll, cofundadora COVIDWarriors e impulsora de la plataforma de expertos Aireamos, la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores debería ir precedida de otras medidas "más necesarias" ante la extensión de la variante Ómicron, que es 2,09 veces más contagiosa que Delta. "Es cierto que el uso de la mascarilla FFP2 bien ajustada es muy importante. Cuando se está solo en exteriores no hay ningún problema, pero en exteriores abarrotados y sin distancia suficiente, la mascarilla sí es útil porque son entornos similares a interiores poco ventilados", explicó Ripoll quien, no obstante, recalcó que la iniciativa de Sánchez es "un poco teatro" si antes "no se controla y endurece las medidas en interiores". "Se queda demasiado corta si no va acompañada de otras como medición de CO2 en interiores, ventilación y obligatoriedad de mascarillas FFP2 por delante de las higiénicas”, insistió la experta.
En esta línea, el biólogo molecular Diego Arroyo, fundador del laboratorio Progenie Molecular, cree que obligar a llevar la mascarilla cuando no hay otras personas o existe distancia suficiente en exteriores como un parque o en la naturaleza es "una estupidez", pero sí considera que tiene sentido hacerlo en "entornos exteriores asimilables a un interior mal ventilado", como por ejemplo terrazas 'plastificadas' o calles con gran concentración de personas realizando compras.