MURCIA (EFE). La Puerta del Perdón de la Catedral de Murcia ha vuelto a abrirse este miércoles, tras más de un año cerrada, poniendo así el punto y final de las obras de restauración de la fachada barroca del templo, una de las más importantes del mundo, que han supuesto una inversión de casi 1,75 millones de euros.
El obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha mostrado su agradecimiento y satisfacción por los trabajos realizados, que han permitido no solo recupera el esplendor de la fachada al someterse a un proceso de limpieza integral, sino también recuperar la seguridad, dado que el deterioro de la fachada estaba provocando desprendimientos de cascotes con relativa frecuencia.
Principalmente, ha explicado, eran fragmentos de restauraciones anteriores, llevadas a cabo con materiales más duros que la piedra caliza de la que está hecha la mayor parte del cuerpo del imafronte, que también había sufrido importantes deterioros por filtraciones de agua.
En ese sentido, el arquitecto que ha dirigido el proyecto, Juan de Dios de la Hoz, especializado en la restauración de este tipo de monumentos, ha explicado que los sucesivos deterioros del paso del tiempo en la fachada habían llevado a que las aguas discurrieran por lugares por los que no debían hacerlo, generando rupturas en la piedra.
A lo largo de estas obras, que arrancaron en el verano de 2023 con la instalación de los andamios, que han servido también para la organización de visitas guiadas durante las obras, se ha intervenido, ha explicado el arquitecto, sobre todo las esculturas de la fachada, para limpiarlas, restaurarlas y asegurarlas, y se han instalado baberos de cinca en las zonas de las cornisas para la evacuación del agua.
Ese material tiene además un efecto repelente sobre las palomas, que se espera poder mantener alejadas de la fachada también con la colocación de redes y jaulas, evitando así el importante deterioro que provocan las anidaciones y excrementos.
En total se ha actuado sobre 2.533 metros cuadrados de piedra caliza y otros 200 metros cuadrados de piedra de granito, además de los 47 metros cuadrados que ocupan las puertas principales y los 21 metros cuadrados de las vidrieras.
Asimismo, se han tratado 14 esculturas exentas, 9 esculturas en hornacinas, 98 caras talladas en relieves y 100 metros lineales de frisos esculpidos.
La obra, según los datos aportados por la Diócesis, ha tenido un coste total de 1,75 millones de euros, de los que el 82 por ciento, 1,42 millones, se corresponden con la ejecución de la obra y el proyecto y dirección técnica.
A ellos hay que sumar la musealización de la fachada para llevar a cabo las visitas guiadas, 35.000 en total, aunque las solicitudes fueron más de 123.000, lo que ha tenido unos costes de 326.00 euros (261.000 euros para la adecuación de los espacios, la instalación de la lona decorada por el dibujante Puebla y el mantenimiento, y 65.000 euros más de tasas de personal y megafonía).
Por el momento, se han obtenido ingresos por valor de más de 557.000 euros para financiar estos trabajos, que proceden en su mayoría de donaciones de empresas (293.000 euros), de la aportación del propio Cabildo de la Catedral (231.000 euros procedentes de las visitas a la fachada y de fondos propios), y de donaciones de particulares (casi 33.000 euros).
El obispo ha reconocido que ha sido necesario endeudarse para asumir estos trabajos, pero ha considerado que “ha merecido la pena” el esfuerzo, y ha insistido en mostrar su gratitud a todos los que han participado en el proyecto.
Manuel Martínez, presidente de Hozono Global-Orthem, empresa que ha llevado a cabo los trabajos, ha subrayado la gran responsabilidad que supuso asumir los mismos, pero se ha mostrado también satisfecho con el resultado, que se ha logrado, ha dicho, con “esfuerzo, compromiso personal, ilusión, pasión, horas y sufrimiento”.
También el alcalde de Murcia, José Ballesta, y la consejera de Cultura y Turismo de la comunidad autónoma, Carmen Conesa, han mostrado su satisfacción por haber recuperado el monumento más emblemático de la ciudad, que vuelve a mostrar todo su esplendor a turistas y vecinos.
