El Instituto de Salud Carlos III concede una subvención de 115.000 euros al grupo de investigación del doctor Moraleda
MURCIA. El Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) coordinará el primer ensayo clínico realizado en el mundo para probar si el medicamento defibrotide (DEF), ya autorizado para tratar una grave obstrucción de las venas sinusoidales hepáticas que en ocasiones sufren los trasplantados de médula ósea, sirve como terapia contra la enfermedad COVID-19.
El Grupo de Trasplante Hematopoyético del IMIB, que dirige el doctor José María Moraleda, presentó hace dos semanas esta propuesta a la convocatoria urgente del Fondo Covid-19, lanzada por el Instituto de Salud Carlos III para la lucha científica y tecnológica contra la pandemia del coronavirus.
El Instituto público (ISCIII) ha comunicado al IMIB la resolución favorable al estudio clínico propuesto por Moraleda, en colaboración con un equipo multidisciplinar de clínicos e investigadores del Hospital Virgen de la Arrixaca, concediéndole una dotación de 115.000 euros. El ISCIII considera que “la propuesta financiada resulta adecuada a la situación de emergencia, permitiendo una implementación y puesta en marcha inmediata en el Sistema Nacional de Salud, con resultados concretos, tempranos y oportunos a la situación actual”.
Como es preceptivo en este tipo de estudios, la Agencia Española de Medicamentos ha emitido su resolución favorable al ensayo clínico al considerar que cumple con todos los requisitos de seguridad e idoneidad. Además, subraya que es “imprescindible trasladar lo más rápidamente posible a la práctica clínica la evidencia científica que generen las investigaciones sobre la Covid-19”.
“La idea partió de nuestro conocimiento del potente efecto antiinflamatorio y antitrombótico que el fármaco defibrotide logra en el tratamiento de la enfermedad veno-oclusiva hepática, que es una complicación muy grave que a veces sufren pacientes trasplantados de médula ósea, gracias a la protección del endotelio.
El objetivo del ensayo es “demostrar que el defibrotide es eficaz y seguro como terapia contra el Covid-19 y estimamos que podría reducir en un 25% la tasa de mortalidad al lograr que los pacientes en estadios intermedios de la enfermedad no empeoren, evitando así la intubación. Y que los que ya están intubados, mejoren y se les pueda retirar la asistencia respiratoria mecánica”, añade el doctor Moraleda.